Todos los días, al caer la noche, grupos de personas pertrechadas con carritos de la compra y bolsas realizan una singular ruta a pie, justo cuando los últimos empleados bajan las persianas de supermercados y grandes superficies. Es una especie de ruta de la supervivencia que incluye varios itinerarios por el casco urbano de Torrevieja, y que busca en lo que tiran los vecinos a la basura o los comercios, cuando no lo compran los consumidores, su modo de salir adelante. En algunos casos los más necesitados destripan los contenedores dejando por la calle un rastro de desperdicios desagradable a la vista y al olfato, además de protagonizar algunos roces con peleas y discusiones por la competencia entre ellos, y por ocupar portales y escaleras de edificios próximos, mientras esperan a que los operarios de los supermercados saquen los contenedores a la calle.

Puntuales

Las críticas vecinales no se dan por el hecho de que estos vecinos protagonicen una escena lamentable en el centro rescatando alimentos de la basura. Su contenido se dirige más bien a las personas que acuden puntuales a su cita con la supervivencia en los alrededores del establecimiento, y de ocho y media a nueve y media de la noche, todos los días, ocupan portales, aceras y garajes en su espera, creando inseguridad entre quienes se ven obligados a acceder a su vivienda sorteando su presencia al pasar.

Sobre la acera quedan a diario los restos de una batalla. Las huellas de una actividad, en muchas ocasiones de fuerte competencia, a veces ordenada, otras no, que se plantea entre los que pugnan por las bolsas de basura. El jueves por la noche, como pudo comprobar este diario, iban apareciendo bandejas completas de carne o piezas de pescado enteras entre desperdicios de difícil identificación.

El perfil de estos grupos que acuden a recoger lo que pueden de la basura es diverso. Hombres sobre todo, aunque también se puede encontrar a alguna mujer según la zona. Jóvenes y menos jóvenes, algunos con historias de inmigración a sus espaldas. Sin trabajo todos, aunque algún "profesional" de los contenedores se puede encontrar entre ellos, porque hay quien ha hecho de escarbar entre desperdicios, buscando metal u otros objetos como muebles y pequeños electrodomésticos, un modo de ganarse unos euros en este tipo de economía de susbsistencia. Y en esta actividad, que implica callejear por Torrevieja durante todo el día, se suelen emplear varios miembros de la familia.

Lo mejor de lo peor

Los itinerarios se alternan o se combinan en una rutina diaria que cada "usuario" conoce a través de la costumbre. Algunos son expertos en hábitos de consumo y conocen con precisión el callejero urbano de los desechos: Qué día y qué zona es mejor para los lácteos o la bollería, dónde se encuentra la verdura en mejores condiciones, dónde se dejan los productos cárnicos en perfecto estado de caducidad. Otros lo son en encontrar lo mejor de lo peor, lo que más les va a servir de lo que nadie quiere.