La novela corta no es ni menos que la novela, ni más que el cuento. No se da "el salto" de una categoría a otra, porque no existe esa distinción cualitativa, sino que más bien son la historia y los personajes quienes piden paso y definen en cuántas páginas quieren vivir. Así lo defendió ayer la ganadora de la XXXIV edición del premio CAM Gabriel Sijé, Elena Alonso, durante la ceremonia de entrega que se llevó a cabo en el Hotel Palacio de Tudemir, en Orihuela.

El director territorial de Caja Mediterráneo, Ángel Martínez Martínez, subrayó que el certamen "reafirma su peso y su valor y se ha convertido en uno de los premios de novela corta con mayor poder de convocatoria, tanto a nivel nacional como internacional". No solo porque es ya muy veterano (nació en la oriolana Caja de Ahorros de Nuestra Señora de Monserrate), sino porque además recibe cada año más obras. De hecho, en 2009 concursaron 233 plicas de toda Sudamérica, Estados Unidos, Suiza, Reino Unido o Irlanda (además de España), y este año a falta de cuatro meses para que se cierre el plazo ya se han registrado 163. El nombre del concurso incide también en la "oriolanidad" de su vocación, pues recuerda a Gabriel Sijé (seudónimo de Justino Marín Gutiérrez), hermano de Ramón Sijé a quien Miguel Hernández escribió su famosa "Elegía".

El presidente del jurado, Manuel Ruiz Funes, bromeó aclarando que el tribunal lee todos los ejemplares que concursan y que la novela corta, al hilo de la discusión generada en la mesa, es según los ingleses aquella que se puede leer entre la hora del té y la de la cena. "Nunca sabemos quiénes son los escritores, su obra nos llega con un número, y nunca nos comunicamos entre los miembros del jurado ninguna impresión sobre cualquier libro hasta el día en que nos reunimos para fallar".

Ayer otorgaron 5.000 euros (primer premio) a una obra "en la que prima la honestidad y la claridad de argumentos" y que "estimula a conocer países y culturas diferentes", según señaló el vocal del jurado Jesús de la Peña, y 2.500 euros (accésit) a una "obra madura" que reflexiona sobre las decisiones del ser humano, según destacó la vocal María Josefa Díez de Revenga. Ambas están ya en la calle.