La ley anti-tabaco está ocasionando más problemas de los que nadie esperaba. En municipios de la Vega Baja, como es el caso de Callosa de Segura, han originado ya un primer conflicto serio que la concejala de Comercio y Sanidad, María Dolores Riquelme, no está dispuesta a dejar pasar por alto, máxime porque el 31 de enero es el último día para que los establecimientos soliciten el correspondiente permiso para colocar mesas y sillas al aire libre. "Antes -asegura la edil- los permisos se solicitaban por muy pocos establecimientos que colocaban las terrazas sólo en verano, pero la nueva norma nos ha sobrepasado desde el pasado día 1", explicaba a este diario. Los propietarios de bares, ante la que se les viene encima por el lógico descenso de clientes fumadores, han decidido "apropiarse" de las aceras, incluso, obligando a los peatones a tener que bajarse para poder transitar por ellas.

"La norma es muy clara y cualquier terraza tiene que dejar un metro y medio de ancho a los peatones, algo que no se está respetando. En aquellos puntos en los que sea materialmente imposible por la anchura de la vía estamos dispuestos a permitir la ocupación de las plazas de aparcamiento frente al bar o restaurante para que allí se habilite la terraza", explicaba ayer al periódico.

Inversiones

Riquelme insistió en que el Ayuntamiento quiere ser prudente porque se ha dado cuenta en menos de una semana, "que los establecimientos están realizando inversiones en estufas, mesas, toldos y sillas cuando nadie lo esperaba y en la actual situación no vamos a apretarles más, pero la normativa tiene que ser respetada por todos". La concejala se refiere al acuerdo firmado hace tres años, al comienzo de la legislatura con los empresarios hosteleros y por el cual se consiguió homogeneizar las sillas y mesas, y hasta el color de los toldos (que tiene que ser claros) de todos los establecimientos. "Todo el nuevo material que se incorpore a la normativa tiene que cumplirlo", agregó la edil, algo asustada al ver cómo volvían a proliferar en las calles del municipios los tonos chillos y variopintos con anuncios de refrescos o marcas de alcohol, algo que quedó terminantemente prohibido.

María Dolores Riquelme aseguró que "esta es una semana muy difícil, pero al pasar Reyes vamos a pasar uno por uno por los establecimientos recordándoles la normativa y que, lógicamente, quien quiera tener una terraza tendrá previamente que solicitarlo y cumplir los reglamentos municipales. La edil, por último, también lamentó el hecho de que la nueva normativa convierte a los ayuntamientos en "policías" de sus propios ciudadanos y negocios a los que ahora tiene que vigilar para comprobar que cumplen la legislación. "El marco es complicado y nos va a costar a todos los ayuntamientos mucho trabajo porque nos toca enfrentarnos con los establecimientos y con los ciudadanos", recordó.

Orihuela recuerda a los establecimientos que el incumplimiento acarreará sanciones

La Concejalía de Comercio de Orihuela no obvió ayer en reconocer en un comunicado que la ley es "polémica", pero que no le queda otra salida que obligar a todos los establecimientos a cumplirla. Por este motivo, ha informado a todos los negocios de la necesidad de que colaboren en ella para evitar las sanciones que aplicará de hasta 600 euros, según los casos.

"En los pequeños establecimientos de hostelería y restauración (inferior a 100 metros cuadrados) ya no se puede fumar, puesto que se elimina su régimen opcional -recuerda- y se eliminan todos los supuestos en que antes se permitía habilitar zonas para fumar, salvo alguna excepción", entre los que recuerdan los centros residenciales de mayores o de personas con discapacidad.

Las infracciones antes citadas, que tienen la consideración de leves, podrán agravarse cuando el lugar donde se está fumando esté especialmente prohibido por la nueva legislación. En estos casos, la multa oscilará entre los 601 y los 10.000 euros.