Durante la feria de San Antón, los jóvenes de Orihuela recogían a sus novias para llevarlas a ver los puestos, adquirir boletos para la rifa del cerdo y su camada y comprarles "la pesá", una bolsa llena de los dulces típicos de estos festejos. "La pesá" solía contener turrón de panizo (elaborado con palomitas de maíz y caramelo), palmito, pan de higos y las "bolas de San Antón".

Antonio Cases (Sesé) y su familia siguen elaborando las "bolas de San Antón" de manera artesanal, lo que les convierte en los únicos que mantienen esta tradición. La receta de estas esferas de caramelo ha ido saltando generación tras generación hasta llegar a Sesé de la mano de su madre, que, por ahora, es la que elabora el caramelo que luego se transforman en las codiciadas "bolas". Los ingredientes son sencillos: Azúcar, agua y cremor (bitartrático potásico). Los dulces pueden tener color rojo, si se les añade un colorante de "fuchina", o amarillas, si se el caramelo se ha cocinado sin tintes alimentarios. Pese a la creencia popular, el sabor no varía según el color.

Aunque Sesé elabora las "bolas" entre los meses de noviembre y diciembre, los caramelos se guardan en bolsas de plástico grandes para evitar que se ablanden hasta los días previos a la feria de San Antón, cuando se pasan a envases más pequeños que contienen unos 200 gramos de dulces.

El fabricante de "bolas de San Antón" vende unos mil kilos de estos dulces cada año. Cada bola pesa entre ocho y diez gramos. Además de vender en la feria oriolana, también lo hace en Santa Águeda (Catral) y en el Mercado Medieval de Orihuela. Los caramelos pueden comprarse por dos o tres euros, según el peso de la bolsa.

Además, hay otro tipo de "bolas" que, según Sesé, solo son aptas para los paladares de los oriolanas. Algunos caramelos son sazonados con esencia de bergamota, lo que aporta un sabor mentolado que no suele gustar a los habitantes de otros municipios. "Esas solo me las compra gente de Orihuela", comenta. "Antes trabajaba más gente en esto, pero lo han ido dejando", indica acerca de la desaparición de fabricantes artesanales de "bolas de San Antón". Y es que para elaborar estos caramelos hay que tener tiempo. De hecho, la mayoría de puestos que venden "bolas" durante la feria las compran en fábricas que han industrializado el proceso, lo que, obviamente, altera el sabor de los caramelos.

Evolución de una romería del siglo XVII

Las fiestas de San Antón tienen su origen en la romería que se celebraba cada 17 de enero (festividad del patrón de los animales) hasta este popular barrio de Orihuela, situado a los pies de la sierra oriolana y en pleno Palmeral histórico. Los inicios de la romería y de la feria se remontan al siglo XVII. Uno de los elementos más singulares de los festejos es la rifa del cerdo y su camada, para lo que los visitantes deben adquirir boletos. La recaudación del sorteo se destina a la financiación de las actividades de la parroquia, la cual desarrollan varios programas de ayuda a personas en riesgo de exclusión social. Además, las fiestas de San Antón incluyen, desde 1981, el concurso nacional de charlatanes. En este certamen participan profesionales de la verborrea que con su "palique" venden artículos de todo tipo, desde mantas hasta exprimidores de cítricos, con una gracia especial. m. l. m.