En Orihuela en días de viento no es raro caminar por enmedio de la calzada por temor a que se desprendan cornisas y elementos decorativos de las fachadas. También es habitual encontrar tramos de aceras cortados con vallas que rodean escombros procedentes de algún balcón. Por eso el área de Urbanismo va a tomar cartas en el asunto y, según anunció ayer el concejal Antonio Zapata (PSOE), está ultimando una ordenanza que entrará en vigor a principios de 2012 y que obligará a los dueños de viviendas de más de 50 años a dejar entrar a un técnico municipal que estudiará el estado de cada inmueble y determinará las obras de reforma necesarias, indicará las medidas de seguridad que hay que instalar o decretará el derribo por ruina.

Si el dictamen no es favorable, los propietarios del edificio tendrán que acatar sus instrucciones y ejecutar la rehabilitación o la demolición. En caso de que no lo hagan, el Ayuntamiento se ocupará de ejecutar las obras o el derribo y de pasar después la factura a los dueños.

El edil de Urbanismo señaló ayer que para hacer posible esta inspección se va a elaborar un censo, un inventario de todas las edificaciones anteriores a 1961 que se actualizará periódicamente, ya que "no existe nada previo, ni siquiera en el plan especial de protección del casco histórico ni posteriormente a ese documento pese a que se sabía que esta inspección técnica de edificios es obligatoria". Hasta ahora, se pueden contar por decenas los inmuebles en mal estado en el centro de Orihuela y en pedanías, y Urbanismo se encuentra con que insta a los dueños a ejecutar reformas sin que los decretos se cumplan casi nunca.

Fachadas

La ordenanza tendrá órdenes de ejecución sobre elementos de las fachadas exteriores, interiores de edificios, medianeras, cubiertas, azoteas... Además se podrá exigir que se instalen medidas de seguridad como redes o puntales.

Precisamente dos desprendimientos hace unas semanas han evidenciado que hay que tomar medidas cuanto antes. En la calle Ballesteros Villanueva (frente al Museo de Semana Santa) se hundió el 28 de octubre el interior de un edificio deshabitado cuyos dueños ya habían sido advertidos por Urbanismo de que debían tomar medidas para garantizar la seguridad del inmueble. La Concejalía volvió a instarles tras el incidente a apuntalar el edificio por dentro y recomendó derribar todo el interior respetando la fachada porque tiene un interés singular, según mencionó Antonio Zapata.

Por las mismas fechas hubo que cortar al paso la calle Santa Cruz (junto al Palacio de Justicia) porque una vivienda que lleva muchos años deteriorándose tiene visos de no resistir mucho más. Los vecinos alertaron de que algunos niños del barrio se "cuelan" en este inmueble y en otros en mal estado a extraer materiales de obra que después se puedan vender, y con ello las estructuras de los edificios se están deteriorando aún más rápido y el peligro de derrumbe se acrecienta.