Los socios de la cooperativa hortofrutícola Camposeven de Pilar de la Horadada han decido dejar de lado los cultivos hidropónicos, que suponen plantar sobre sacos de fibra de coco en vez de sobre tierra. Aunque mantienen que con estos cultivos la cosecha llega a superan en un 50% a las obtenidas de forma tradicional, el precio del carburante que utilizan para calentar la base de las plantas se ha encarecido y la rentabilidad ya no es la misma.

Los cultivos hidropónicos, que en el caso de Camposeven se utilizan para los pimientos, "permiten un mejor control de las enfermedades, ya que la planta no va sobre suelo, lo que evita que cualquier patógeno la dañe, y a su vez recibe justo la cantidad de nutrientes que necesita", según explicó el gerente de la cooperativa, Adolfo García.

Así, para el calentamiento de la planta se instala una calefacción a ras de suelo que funciona con carburante, la principal razón de que ahora muchos agricultores decidan volver al cultivo tradicional. "El combustible ha subido, tanto el gas como el fuel oil y el propano, y ha encarecido de manera considerable este tipo de cultivos, que antes eran más económicos y ahora incluso resultan más caros", continuó.

Durante una visita a las instalaciones de la cooperativa, el alcalde pilareño, José Fidel Ros Samper llamó a "ser sensibles a la problemática de nuestros agricultores" y les ofreció su apoyo para ver de qué manera "se pueden solucionar los problemas de nuestro campo". Camposeven se creó hace cuatro años y hoy produce unos 30 millones de kilos anuales, de los cuales exporta el 85 por ciento a Alemania, Suiza, Inglaterra, Francia y Holanda.

El 25 por ciento de su producción es de pimientos, un 23% de sandías, un 10 por ciento bróculi y el resto otros productos hortofrutícolas. La cooperativa está instalada en la localidad vecina y murciana de San Pedro del Pinatar, sus socios son de Pilar de la Horadada y la mayoría de sus cultivos se encuentran en terreno pilareño.