Salir a comprar el pan y toparte con un fugitivo huyendo de un grupo de policías. Subir a la ermita del patrón San Roque y encontrarte la zona acordonada porque acaba de cometerse un crimen. Entrar al bar de la esquina y asistir a un duelo entre pistoleros. Los más de 50 aficionados al séptimo arte que conforman la agrupación de "Callosa productions" han convertido el municipio en un auténtico plató de cine. No hay escena que se les resista. Desde rodajes al más puro estilo "western" americano hasta persecuciones de ciencia ficción cual superproducción de Hollywood. En poco más de cinco años, con un escasísimo presupuesto y con muchas ganas de pasarlo bien, el grupo ha demostrado que todo es posible en Callosa de Segura porque... ¡esto es Callywood!

Ópera prima

Por culpa de regar cultivos de la huerta con agua procedente de un río contaminado, los habitantes de un pueblo empiezan a experimentar extrañas trasformaciones físicas que acaban convirtiéndolos en zombis. Es el argumento de la ópera prima de "Callosa Productions", un largometraje estrenado en 2007 en la Casa de Cultura del municipio que causó sensación entre unos vecinos que abarrotaron la sala. Sin saberlo, asistían al que sería el germen de una lista de producciones cinematográficas que ya cuenta con tres películas, cuatro cortos y una serie televisiva compuesta por cinco capítulos de 30 minutos de duración y un desenlace final de hora y media. Es esta última saga, bautizada como "Paranormal detectivity" la que ha consagrado en el municipio a este grupo de aficionados al cine.

La historia arranca cuando un programa de televisión se interesa por la vida detective que reside en el municipio y que ve fantasmas, demonios y otros seres de extraña naturaleza. El equipo del programa se desplaza hasta la localidad para rodar durante un día la vida de un personaje que, finalmente, no estaba tan chiflado como muchos pensaban...

Rodada en las calles del municipio, en edificios centenarios como iglesias y ermitas, en parajes naturales como la sierra o en el entorno de la huerta, "Paranormal detectivity" es el reflejo del salto cualitativo de la filmoteca del grupo. Tras ser emitida por el canal de la televisión local callosina, son varias las teles de la comarca las que quieren ofrecerla.

El director del grupo, Antonio Asín, se ha creado así mismo como cámara, montador o realizador de cine amateur. Ha seguido algún que otro curso online de dirección y, de forma autodidacta, ha aprendido a manejar programas informáticos para poder añadir efectos especiales a las escenas, como seres que se desintegran o edificios históricos que arden en llamas.

Lo que empezó como una simple afición ha ido evolucionando hacia un resultado más profesional gracias a la experiencia y a los avances tecnológicos, como las cámaras semiprofesionales que han sustituido por las de aficionado.

Participación

Hoy son decenas de personas de todas las edades las que se ofrecen a participar en sus producciones por amor al séptimo arte. Aquí nadie gana ni un euro y sus cortos y películas, que se mueven entre el humor negro y la ciencia ficción incluyendo siempre salpicaduras de sangre, se encuentran a disposición de cualquiera en los más conocidos portales de vídeo en internet. Todo un lujo con sello callosino que promete seguir haciendo reir a los vecinos de una localidad en la que cualquier cosa puede suceder, porque Callosa ya es "Callywood".

"Somos una cooperativa, aquí todos opinan"

El director de Callosa productions, Antonio Asín, agradece y mucho la colaboración de los callosinos y callosinas que se ponen un contacto con el grupo para ofrecerse a colaborar en las producciones. Cualquier participación es bienvenida. Estilistas, peluqueros, extras, caracterizadores o dueños de bares que se prestan a grabar escenas en sus locales... "aquí hay espacio para casi todo el mundo y todos los que participan opinan porque somos como una cooperativa que sólo busca pasarlo bien". Lo más complicado para el grupo es organizar los rodajes y que todos los personajes puedan asistir, dado que se graba durante el tiempo libre. Asín recuerda las mil y una anécdotas que se han sucedido durante los rodajes, puesto que no suelen pedir permisos especiales para grabar escenas en el exterior. "Una vez un hombre se quedó helado al ver como secuestraban a un niño a plena luz del día", comenta entre risas. Aunque no haya mucho dinero, todo es cuestión de ganas: un papel de color que hace las veces de croma, un foco por allí, unas gotas de sangre por allá y listos para su grito de guerra: cámara... y ¡acción!