El Ayuntamiento de Torrevieja ha instalado 27 carteles advirtiendo de la presencia de cámaras de videovigilancia en los principales parques de la ciudad. Con esta medida, según informó ayer el edil de Parques y Jardines, José Eduardo Gil Rebollo, los actos vandálicos en estos espacios comunes han disminuido en torno al 90% desde que se encuentran operativas las cámaras de videovigilancia contempladas en el proyecto Viriato (Video y Radar Inteligente Asertivo Torrevieja). También el número de grafitis estampados sobre los edificios públicos ha pasado a ser prácticamente inexistente, según el concejal popular.

El edil informó que con la colocación de veintisiete placas en los espacios públicos, 70 de las 73 cámaras de vigilancia del patrimonio que están operativas en las calles de Torrevieja. Todos ellas se encuentran a pleno rendimiento. Gil Rebollo especificó que se ha cumplido la legalidad vigente, con la supervisión de la delegación del Gobierno y sin que se vulnere el derecho a la intimidad personal. Entre otros condicionantes para acceder a cualquiera de las cintas grabadas se precisa una orden judicial.

El Ayuntamiento ha invertido un millón setecientos mil euros financiados por el Plan E del Gobierno en este proyecto, impulsado en el anterior mandato municipal, desde 2009, por el director general de la Policía, Javier Mínguez y se ha ido implantado gradualmente tras finalizar por completo toda su tramitación y el requisito imprescindible de informar a los vecinos de las zonas objeto de vigilancia. Algo que se hizo hace casi un año para el caso del centenar de cámaras que controlan el tráfico y se ha completado ahora con carteles y vallas mucho más visibles en los parques, una vez que el Ayuntamiento creó los archivos de datos sobre estas ubicaciones que le exige la Ley de Videovigilancia y que han quedado registrados en la Agencia de Protección de Datos.

El rádar no funciona

No todo el sistema Viriato, en el que se adjudicaron a ocho empresas diez proyectos distintos vinculados a las telecomunicaciones y vigilancia, se ha puesto en marcha. Es el caso de la red de radares marinos -unos equipos redondos y blancos situados en los mismos postes en los que están las cámaras de tráfico municipales- que se iban a utilizar para identificar objetos que circularan a gran velocidad por la ciudad, con un coste mucho menor que los estándar. Además el resto del sistema presenta bastantes problemas de mantenimiento y averías.

Al margen de las cámaras que vigilan el patrimonio -en parques pero también en lugares como el cementerio- existe de una red cámaras de tráfico que realiza una labor de control de la circulación pero son capaces de seguir a un vehículo por distintos puntos introduciendo la matrícula en el sistema y que se han mostrado eficaces para esclarecer hechos delictivos.