Una valla, que se levantará durante la construcción y se mantendrá cuando concluya, separará el parque natural de Las Lagunas de Torrevieja y La Mata del futuro sector urbanístico de La Hoya, donde está previsto levantar hasta 7.490 viviendas. La Dirección General de Evaluación Ambiental y Territorial ha dado luz verde al cabo de una década a la letra gruesa del expediente, la que hacía referencia a la declaración de impacto ambiental, una de las más polémica en el municipio porque supondrá reducir de forma considerable el "colchón" que se extiende entre naturaleza y turismo, una cuestión que ha sido objeto durante los últimos años de varias denuncias de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA). Estos consideran que se trata de una invasión en toda regla del medio natural.

Para permitir construir al lado de uno de los parques naturales más importantes de la Comunitat Valenciana -así lo reconoce el propio informe, que destaca el "alto valor natural y ecológico (...) un área especialmente sensible en relación a los impactos ambientales que la actividad humana puede introducir en el medio relacionados con las afecciones y molestias para la fauna, en especial al grupo de las aves"- se realizan varias consideraciones entre las que destaca el hecho de que el promotor debe nombrar un asistente técnico ambiental durante la ejecución de las obras y adoptar una serie de mecanismos de protección entre las que cabe destacar que "las zonas limítrofes del sector con el parque natural de Las Lagunas de La Mata y Torrevieja deberán protegerse durante las obras mediante un vallado con malla cinegética que quedará instalado de forma permanente".

Igualmente se admite que tanto las obras como, posteriormente, el día a día de hasta 7.490 familias y sus correspondientes vehículos, generará ruidos, aunque, según los técnicos de Conselleria, éste se debe considerar "inapreciable" si se tiene en cuenta que ya se soportan por la presencia de vías principales como la nacional 332, "de tráfico muy intenso, junto al resto de calles de otros sectores urbanos existentes". Todo ello les lleva a concluir que, a estas alturas, "las aves residentes o estacionales no han tenido otra opción que la de tolerar o adaptarse a este factor antrópico" por lo que le resta importancia.

El trámite

La Dirección General de Evaluación, en un complejo informe de 18 folios, resume estos diez años de tramitación y deja en el aire algunas cuestiones que, probablemente, tendrán que sufrir los futuros adquirientes de viviendas, como es qué pasará cuando se produzca una tromba de agua, ya que el informe admite la desaparición de pequeños barrancos, lo que dirigirá las aguas hacia el propio parque natural. Este sector, de algo más de 1,8 millones de metros cuadrados, está limitado por el perímetro de protección del parque natural, por la urbanización El Chaparral, por otros tres sectores y por la carretera CV-90.

El proyecto nació en pleno agosto de 2002 y ya entonces se recordaba que "afecta al perímetro de protección del parque natural de Las Lagunas". Tres años más tarde, en marzo de 2005, se solicitó un informe técnico, que es éste que ahora ha visto la luz tras varias mejoras, sobre la afección del proyecto al Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de zonas húmedas del sur de Alicante. Un año y medio más tarde, aún se estaba solicitando informes y documentación y procediendo a diversas subsanaciones para conseguir el visto bueno.

De hecho, en febrero de 2007 el representante de la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) obtuvo dos informes favorables: el de homologación y el de prospección arqueológica. A finales de ese año se solicitó a la Dirección del Parque Natural un informe de evaluación del impacto ambiental que dijo sí, aunque con condicionantes. Estos hacían referencia a cuestiones básicas como qué es lo que se iba a poner colindando con Las Lagunas, algo que era importante porque es el "colchón" entre la construcción y el medio natural y la AIU había previsto un aparcamiento. También se incluyó como zona verde la tubería de Taibilla ya existente. Todo ello se ha ido salvando.

Pero el informe tenía que resolver una cuestión fundamental, según el plan rector de uso y gestión, porque parte de los terrenos se encontraban adyacentes al perímetro de protección de Las Lagunas y, consecuentemente con ello, utilizados por especies sujetas a conservación. Entre su fauna cita a musarañas, erizos, conejos, libres o zorros, y se descarta la existencia de nidos de especies protegidas o la importancia de especies vegetales. Ahora también se resuelve y, como mal menor, siempre quedará una valla.

El desarrollo turístico como argumento

La homologación del plan parcial salva tres tipos de suelos: el urbanizable no programado, el no urbanizable pero calificado en el Plan General como de uso normal y el no urbanizable de protección especial. Y, lo que es más curioso, el informe sólo plantea dos salidas: "la no actuación (es decir, no hacer nada) o el planeamiento parcial propuesto, que supone el enlace con la dinámica de desarrollo turístico-residencial del municipio de Torrevieja, considerado como la base económica de la población", precisamente este es el principal argumento para no plantear otras alternativas al proyecto más allá de su urbanización.