Con un espectacular, colorido y teatral boato arribó ayer el embajador cristiano a las costas de Orihuela, para poner al servicio de los de su bando las fuerzas de los Piratas Bucaneros. Eso sí, como manda la ley de los corsarios, pidiendo un jugoso botín a cambio. Las tropas de Manuel Andréu se adentraron ayer en la ciudad envueltas en una historia fantástica escrita para la ocasión por el dramaturgo Atanasio Die y representada por decenas de personas sobre el escenario de las calles de Orihuela.

"El tesoro del viejo Teodomiro" es el guión que conectó y dio sentido anoche a cada uno de los detalles de la Entrada Cristiana, que comenzó con las banderas de la Asociación Acequianos, una extinta agrupación festera que dio origen a la comparsa de los Piratas Bucaneros. Las banderas, rescatadas casi del abandono de los últimos años, fueron portadas por un miembro de los Moros Almohabenos, otro de los Beduinos y un pirata, precediendo a la bandera de la comparsa y a un panel con el mapa del tesoro, en el que el público podía adivinar que la entrada de este año iba a ser peculiar.

Los Piratas Bucaneros quisieron contar qué hacen unos corsarios en las fiestas de Moros y Cristianos de Orihuela, y para eso se inventaron la historia de cómo la Armengola les pide ayuda para recuperar la ciudad de manos musulmanas y les ofrece a cambio el tesoro de Teodomiro. Toda esa narración se fue repitiendo en puntos distintos del recorrido a cargo de una veintena de actores y actrices (todos de Orihuela) que han ensayado durante meses, un equipo de megafonía, cañones de humo y dos grandes estructuras centrales: Por un lado, un barco pirata tirado por un tractor y por el otro una inmensa torre vigía de tres metros de altura y dos de diámetro, réplica de la de Cabo Roig, construida por la comparsa para la ocasión. Al grito de "¡Vamos a Uryula a ayudar!" desembarcaron los piratas y llegó el ejército, con nueve filas de Bucaneros seguidos de un ballet con piratas de más de tres metros de altura y un cofre del tesoro.

Cerraba el boato otro ballet con una treintena de personas disfrazadas de loros, y llegó la carroza del embajador, escoltado por dos filas: la suya, la Fila Vigía; y la de su esposa, la de las Bucaneras. Tras unas 40 personas para extras, actores, bailarinas y por supuesto muchos piratas, el desfile siguió con las comparsas cristianas, orgullosas de seguir a su embajador a la guerra contra los Moros y clausurando la Entrada los Caballeros del Oriol.

Último acto de las fiestas

ENTRADA MORA

-Hora de salida: El desfile se inicia las 21 horas.

-Embajada: Moros Negros Egipcios, con Fernando Lacárcel como embajador.

-Itinerario: Concentración de las comparsas en la Ocarasa y recorrido por calle Aragón, Plaza San Sebastián, Avenida de España, Calderón de la Barca, Loaces, Alfonso XIII y Plaza Alfonso XIII.