La Sección Séptima de la Audiencia Provincial con sede en Elche ha condenado a 23 años de prisión al hombre que asesinó a golpes a una mujer de nacionalidad belga en Torrevieja en abril de 2007, así como a pagar una indemnización de 60.000 euros a la familia de la víctima. Después de que el jurado considerara culpable al constructor, de 51 años de edad, y no culpable a su hijo, de 24, correspondía a la presidenta del tribunal imponer la pena.

La sentencia considera probado que M. P. C. C. (también belga) se presentó de madrugada en la casa de la mujer (con la que tenía diferencias económicas a raíz del coste de una reforma en la vivienda) acompañado por su hijo, quien desconocía sus intenciones. Tras acceder por una puerta que había sido forzada el día anterior, «abordó sorpresivamente a la víctima, de forma súbita, comenzando a golpearla con una especie de maza o pata de cabra que había cogido de la furgoneta, de entre las herramientas de su profesión de albañil». El hijo intentó interponerse y, al no conseguirlo, salió corriendo y dejó aún con vida a la mujer (Bernadette Lepiece, de 53 años), quien según distintos testigos llevaba semanas aterrorizada por las amenazas, presiones e intentos de robo que había sufrido y que había denunciado ante la Guardia Civil.

El jurado ha considerado probado que el asesinato se produjo con alevosía y ensañamiento, con clara intención homicida y causando dolor y sufrimiento innecesarios, dado que el condenado propinó decenas de golpes a la víctima hasta matarla con uno de ellos en la cabeza.

Insegura

La mujer fue hallada sin vida al día siguiente en su vivienda de la urbanización Becisa por un vecino, el mismo al que había pedido prestado un perro para protegerse porque se sentía insegura. De hecho, la noche anterior había dormido en un hotel por miedo a que la mataran y la noche en que murió estaba terminando de empaquetar sus pertenencias para marcharse de nuevo a Bélgica a vivir por este motivo.

Cuando la Guardia Civil acudió a la vivienda del constructor, detectó que la furgoneta estaba impoluta y que había gran cantidad de ropa lavada. Su coartada, que no ha podido demostrar, era que estaba en casa con su mujer. Pocos días después vendieron la casa y la familia se mudó a Bélgica, donde fue detenido el hijo en 2009 tratando de cruzar la frontera. Este acusado, ahora absuelto, aseguró en el juicio y así lo ha considerado el jurado que su familia política (la mujer e hijos de su padre, al que conocía escasamente porque no había vivido con él desde que era un bebé) intentaron presionarle para que se declarara culpable del asesinato y dijera que había acudido a la casa acompañado por un hermanastro menor de edad para robar. Hasta el veredicto ha estado preso en España.

El padre y ahora condenado por el asesinato, fue detenido por su parte en abril de 2010 en Torrevieja, por lo que el tiempo transcurrido en prisión desde entonces computa en el cumplimiento de la pena ahora impuesta.