El Colegio Ciudad del Mar ha decidido dedicar su nueva biblioteca a Roberto Aliaga (1976), quien además de escritor es biólogo y que cuenta que llegó a la literatura infantil por casualidad.

¿Cómo llega uno a hacerse escritor de literatura infantil?

Pues como pasa con la mayorías de las cosas importantes en la vida, de casualidad. Es algo que lo tienes ahí desde pequeño que poco a poco lo vas haciendo pero jamás pensé que me iba a dedicar a ello.

Con tantos impactos visuales, tantos medios y las nuevas tecnologías ¿Cómo se llega a los pequeños lectores con un «simple» libro ilustrado?

El libro tiene un atractivo especial. Yo no creo en los libros electrónicos aunque digan que es el futuro. Será un futuro compartido. El libro de papel siempre va a estar ahí...el olor del papel y su tacto en la yema de los dedos. La magia de la lectura siempre va a estar ahí.

¿Un relato infantil debe tener un objetivo?

Normalmente cuando uno se pone a escribir literatura infantil no lo hace con otros intereses que no sea entretener y hacer feliz al lector. Contar una historia y contar una historia que entretenga y que haga felices a los niños y no piensas en otra cosa. Cuando escribo una historia no pienso en enseñar a los niños, ni en educar, ni en nada de eso porque sería un libro de texto... aunque está claro que los cuentos tienen valores porque yo los tengo y eso se va transmitiendo en las historias.