Las reclamaciones de esta vecina de Rojales, que no puede dormir a causa de las intensas vibraciones causadas por una tubería de agua potable que pasa a unos 30 metros de su vivienda, han llegado hasta el Síndic de Greuges al ver que no se le da una solución definitiva por parte del Ayuntamiento, a pesar del trabajo de los técnicos y de la empresa de aguas.
El Síndic, José Cholbi, en una resolución que ayer hizo pública, «reconoce los esfuerzos realizados por el Ayuntamiento con el fin de solventar las molestias producidas a la ciudadana» pero urge una solución definitiva y advierte que la jurisprudencia determina que «los ruidos inciden perniciosamente sobre el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio y los derechos constitucionales a la protección a la salud, a un medio ambiente adecuado y a una vivienda digna; por lo tanto, los poderes públicos tienen la obligación irrenunciable de velar por el cumplimiento de los mismos», por lo que insta a una solución definitiva para acabar con las continuas vibraciones en la vivienda de esta afectada. i. j. iniesta