Casi tres años después de comenzar las obras, el Ayuntamiento de Orihuela es incapaz de saber cuánto le costará las mejoras introducidas con el soterramiento de las vías del tren que introdujo el proyecto de Alta Velocidad Española (AVE) en la línea Madrid-Elche-Murcia. Así lo admitió ayer el alcalde, Emilio Bascuñana (PP), a quien le cuesta -y mucho- criticar lo que se ha hecho hasta ahora por el gobierno bipartito -Los Verdes y PSOE- pese a que desde hace tiempo se sabía que esta era una de las «patatas calientes» que estaban sobre la mesa sin resolver y dando largas por el exresponsable de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE). El regidor volvió ayer a insistir en que no hay un acuerdo cerrado con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) -Zapata argumenta que sí- y dijo que ha pedido una «reunión urgente» para saber a qué atenerse.
Y esto es así porque durante el pasado mandato se introdujeron mejoras -o no, según a quien se le pregunte- con más o menos pasos sobre las antiguas vías ferroviarias (de tres que proyectó el PP se pasó a cuatro por el bipartito) o la urbanización de la losa que cubrirá el actual trazado -para convertirse en un bulevar- de las cuales solo se han escuchado palabras y no resultados en un Ayuntamiento que aseguraba que todo estaba atado. Pues no. Bascuñana dio ayer un nuevo giro a este asunto al asegurar que el acuerdo que supuestamente llegó el bipartito con Adif -pero no suscribió porque no está firmando- tiene que resolverse en una nueva reunión que ya ha solicitado y, «con las más altas instancias», puntualizó. Orihuela, en cualquier caso, ha pasado en cinco años de una situación de poder frente al Ministerio de Fomento a sumisión a raíz de unos trabajos proyectados que a día de hoy siguen en el aire mientras el nuevo alcalde no llega más allá que a asegurar que la ciudad está cansada de tantas obras y que requiere que se resuelvan cuanto antes.
INFORMACIÓN ya publicó que en el mejor de los casos hay trabajos (o mejoras) hasta final de año y esto sería darse con un canto en los dientes porque todo tendría que ir sobre ruedas. Pero eso ya no es una decisión suya; es de Adif y de su adjudicataria.
Lentitud
La comparecencia del regidor, la segunda en esta semana, dio cuenta de la lentitud con la cual se mueve el nuevo equipo de gobierno en minoría del PP que lleva camino de cumplir dos semanas sin una decisión de gestión que dé para un titular de Prensa y que ilusione con la impronta de cómo van a funcionar las cosas en Orihuela durante estos cuatro años
De hecho, lo que se convocó ayer como rueda de prensa fue para dar cuenta de la primera junta de gobierno y de la puesta en marcha de la Mesa de Contratación, compuesta exclusivamente por técnicos y presidida por el oficial mayor Fernando Domínguez, algo que era perentorio porque la parálisis en la ciudad ya comienza a ser mayúscula. De hecho, la misma tenía que resolver dos cuestiones que dejó previsto el anterior equipo de gobierno que encabezaba el ecologista Guillén, como era el contrato de luces de las Fiestas de la Reconquista y las Escuelas de Verano. El alcalde ayer admitió que probablemente por mucha prisa que se den puede ser que las actividades para escolares no comiencen el 1 de julio, aunque no hizo referencia alguna a los plazos para las Fiestas de Moros y Cristianos porque a nadie se le pasa por la cabeza la posibilidad de que arranquen sin que Orihuela esté iluminada, como si fuera de día, para ver a los bandos desfilar al son de su música.
