Tras una decena de años investigando las propiedades del aloe, gracias a una pequeña plantación de una tahúlla con ocho variedades de la planta, el aloe alborescens ha sido el elegido. El estudio también ha tenido en cuenta el efecto de la climatología en el desarrollo de sus compuestos beneficiosos. Las estaciones de calor extremo son las que han dado mejor cultivo debido a la intensa incisión de la radiación solar y un mayor impacto de la ultravioleta, gracias a la cual se produce mayor aloína, compuesto que se encuentra en el látex amarillento que se elimina pero que es característico de la planta.