Pescadores, lonja de subasta y Cofradía de Guardamar del Segura han mostrado su preocupación por el hecho de que la Administración no les dé ningún tipo de instrucción a la hora de tratar las capturas de cangrejo azul americano. Una agresiva especie invasora pero que, como ventaja frente a otras especies introducidas, tiene un gran valor comercial. Esa inquietud se produce cuando el mes que viene comenzarán a aparecer los primeros ejemplares tras el periodo de reproducción en las redes ejemplares de este espectacular cangrejo -pinzas color zafiro, 10 centímetros de largo y 23 de ancho y entre medio y un kilo de peso. Su aparición como especie exótica es muy reciente -aunque se hizo muy evidente desde mayo de 2015 en la desembocadura del río Segura y las zonas litorales de playa cercanas- por lo que se desconoce qué impacto tiene sobre el medio.

Los primeros indicadores, sin que exista todavía un estudio en profundidad, son buenos. Los pescadores de artes menores -siete embarcaciones con base en Guardamar- han explicado a INFORMACIÓN que los cangrejos que han logrado reproducirse en la playa depredan larvas de langostino rojo -por el que es conocida la lonja de Guardarmar-y sepia, que son las principales capturas de la pequeña flota artesanal local. Los que se mantienen en las aguas salobres del río y sus acequias comen lo que encuentran allí.

Otro de los impactos negativos es que las pinzas destrozan las artes de pesca de las embarcaciones. El último riesgo - y que afortunadamente todavía no se ha documentado- es que el cangrejo termine colonizando los espacios litorales, el de los bañistas y puedan resultar perjudiciales para la actividad turística-los pescadores con caña han sido testigos de cómo son capaces de cortar cualquier sedal con esas pinzas-.

Nasas

La legislación sobre especies invasoras -nadie sabe aclarar en Guardamar si el cangrejo azul americano se ha declarado como tal oficialmente- indica que no puede comercializarse precisamente para evitar su expansión. Pero los pescadores plantean justo lo contrario. Que se permita legalmente su captura y comercialización porque, a diferencia de otras muchas especies invasoras el cangrejo azul es muy apreciado desde el punto de vista comercial. Las subastas puntuales en Santa Pola y Guardamar alcanzaron un precio medio de 9 euros el kilo en primera venta. Los pescadores piden que se autorice el uso de nasas -una especie de jaula que se ubica en el lecho marino- que se adaptarían especialmente en este caso para capturar el cangrejo. Algo que requiere autorizaciones de la administración autonómica y de la central, a través del Servicio de Costas para regular su ubicación.