El interventor del Ayuntamiento de Orihuela, Fernando Urruticoechea, respondió ayer a las declaraciones del alcalde, Emilio Bascuñana(PP), quien le acusó el lunes de «poner a Orihuela a los pies de los caballos» por su entrevista del domingo en INFORMACIÓN, en la que el funcionario aseguró que «Orihuela, técnicamente, en estos momentos, cumple los requisitos, según el artículo 61 de la Ley de Bases, como para solicitar la disolución».

Urruticoechea no quiso responder a los requerimientos del alcalde, que solicitó el martes por escrito una justificación y corrección de sus palabras antes de abrirle un expediente, pero sí respondió a estas declaraciones y le aclaró que no se trata de poner Orihuela a los pies de los caballos, sino «a los pies de la ciudadanía. Ese es el planteamiento correcto».

El interventor lamentó lo que, a su parecer, es un pensamiento «muy poco democrático» del alcalde. Este, como se recordará, anunció que no descarta querellarse contra el funcionario si no rectificaba. «¿Qué caballos? ¿No se le ocurre pensar algo tan sencillo como el control, la fiscalización por la ciudadanía?», se preguntó.

El funcionario, que llegó al Ayuntamiento en 2014, justificó sus declaraciones al afirmar que «solo pretendían la transparencia y la fiscalización popular» y criticó la actitud del alcalde a quien reclamó: «Basta ya de opacidad, basta ya de cargarse el control interno municipal, basta ya de despotismo, ni siquiera ilustrado y sin participación del pueblo».

En cuanto a la denuncia de «una gestión gravemente perjudicial para el interés general y con incumplimientos de obligaciones constitucionales», que Urruticoechea realizó en la entrevista a INFORMACIÓN y por la que el alcalde también le pidió explicaciones públicas y privadas, éste justificó que responden a «las continuas trabas al control de la Intervención y la falta de organización y de jerarquía organizativa a la que poder relatar lo que sucede en el Ayuntamiento».

Ilegalidades

Esto, unido a «la inexistencia de canales de comunicación de un interventor con otros órganos de control y ante la falta de publicidad de las decenas de informes de ilegalidades, la única forma de que haya luz y taquígrafos en la gestión económica es poner al gobierno del Ayuntamiento de Orihuela a los pies de la ciudadanía, para que exijan su participación y la revisión de su gestión por otros organismos de control público, como la Sindicatura de Cuentas, la tutela financiera de la Generalitat o, en última instancia, bajo la mirada de la Fiscalía».

Con esto último también dio respuesta a la pregunta que le lanzó Bascuñana en rueda de prensa de por qué no denunciaba estas irregularidades, pues apuntó que no dispone de mecanismos para ello.

La tensa relación entre Urruticoechea y el equipo de gobierno ha sido una constante desde el inicio del mandato, con numerosos rifirrafes y acusaciones, públicas y privadas, que han llevado a organismos como el Colegio de Secretarios e Interventores de Valencia a denunciar el acoso al que es sometido el funcionario, o a la Unió de Periodistes Valencians a otorgarle el premio a la libertad de expresión.