Una cámara en la vía pública grabó hace algunos días en Callosa de Segura lo que la Guardia Civil no duda en calificar de «ocho interminables minutos» en los cuales un hombre se introduce dentro de un establecimiento que tenía echada en parte la persiana para agredir y robar a la dependienta. Las imágenes, de las cuales no han sido difundidas por la Benemérita más que esta que acompaña esta información, muestran, según el relato de hecho que realiza la Comandancia, «claramente al detenido golpeando a su víctima de forma violenta, mediante puñetazos, rodillazos e, incluso, con una botella de cristal, provocándole una herida abierta en la cabeza». Finalmente, la mujer consiguió zafarse de él y salir corriendo del local. En ese instante el agresor se dirigió a la caja registradora y procedió a sustraer la recaudación que allí había.

Esta persona ha podido ser identificada por la Guardia Civil de Callosa de Segura. Se trata de un joven de 25 años que, según los investigadores, «abordaba a mujeres en la calle, con propósito sexual y que, además, les robaba, con gran violencia, los enseres que llevaran. De momento, se tiene constancia de dos víctimas diferentes. El detenido ya ha ingresado en prisión» por dos delitos de robo con violencia e intimidación con resultado de lesiones y por un delito de agresión sexual.

La Comandancia asegura que se ha podido comprobar que el detenido abordaba a mujeres jóvenes en la calle, normalmente en lugares solitarios, con la intención de agredirles sexualmente y, ante la activa resistencia ofrecida por estas, les golpeaba brutalmente y, finalmente, les robaba.

Los hechos se sucedían de forma premeditada porque, según recoge el citado video que está sirviendo como principal prueba de cargo, el sospechoso sale del establecimiento y, cuando comprueba que se ha bajado la persiana, vuelve a entrar a sabiendas quién se encuentra dentro y en qué circunstancias. Reparó en casi todo, pero no en la cámara de videovigilancia ni en la capacidad que tuvo su víctima para escapar de sus garras después de ocho minutos de violenta pelea con él.

Ante tales evidencias de violencia y brutalidad, los agentes realizaron un registro del domicilio del detenido, encontrándole la ropa que portaba justo en las imágenes captadas por dicha cámara, la cual estaba manchada de sangre, presumiblemente de la mujer agredida.