Las entidades culturales que quieran utilizar instalaciones municipales de Torrevieja no podrán cobrar entrada por sus espectáculos y obtener ingresos si no media un contrato entre ambas partes para ofrecer ese servicio. Bandas de música, orquestas, grupos teatrales... podrán utilizar esas instalaciones si lo hacen bajo el amparo de una organización municipal con entrada libre o a un precio simbólico que pueda estipular el propio Ayuntamiento. Ese es el criterio de los técnicos municipales. El municipio no puede ceder un edificio público con carácter lucrativo. Algo que se venía realizando de forma habitual, sin mediar contrato, a veces camuflado bajo la fórmula de donativo para los organizadores, pero casi siempre con entrada fijada. Algo que impide que el Ayuntamiento pueda fiscalizar un abono que no le corresponde.

Un ejemplo de la nueva situación es el de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja, que ha estado programando siete conciertos anuales en el Auditorio Internacional cedido por el Ayuntamiento de forma gratuita. La OST ha recaudado una media de unos 15.000 euros por cada concierto. También ingresa por el servicio de cafetería que se instala en cada uno de los eventos. El Ayuntamiento a además de ceder el recinto y disponía de los operarios de Cultura en horas extra. La entidad, que cuenta con un patrocinio de Agamed de 30.000 euros anuales -un dinero que también parte de la gestión en la que hay participación municipal-, ha asegurado que la decisión del Ayuntamiento pone en peligro la programación anual en este escenario con capacidad para 1.500 personas y que ha llenado en cada uno de sus conciertos. El concejal Domingo Pérez quiso aclarar que el Ayuntamiento quiere apoyar a ésta y todas las entidades culturales de Torrevieja. Pero bajo esa norma.

«Por supuesto, la Orquesta siempre tendrá nuestro apoyo», dijo el edil, si la Orquesta o entidades que también han llegado a programar en este espacio, como la Unión Musical Torrevejense y la Banda Ciudad de Torrevieja quieren seguir programando en el Auditorio tiene dos opciones: abonar el precio público establecido por la Generalitat Valenciana y cobrar entrada, o que sea el Ayuntamiento el organizador del evento y entonces que se disponga una entrada gratuita o solo de carácter simbólico.

Subvenciones

Otro capítulo con polémica, y sobre el que el edil no quiso pronunciarse, es el de las subvenciones a entidades culturales. Los distintos colectivos aseguran que lo que reciben no se corresponde al gasto anual que pueden justificar.

Sin embargo, la administración exige que esos gastos se puedan justificar legalmente. Es una cuestión delicada a la hora de plantearla a esos colectivos: una entidad que pide subvenciones y abona gastos sin declararlos por el cauce oficial no puede justificarlos para recibir una subvención pública. Las rutinas de la economía real, irregular pero asumida en muchos ámbitos, y el rigor administrativo, no casan.