Se celebra cada sábado desde hace 434 años y supone algo más que un centro comercial al aire libre. Almoradí cuenta con uno de los mercadillos más antiguos de la comarca de la Vega Baja y discurre por una extensión de más de un kilómetro para dar cabida a sus más de 300 puestos. Se celebra cada sábado y desde hace varios años se acompaña de una gran diversidad de actividades gastronómicas, culturales y sociales que se desarrollan en el corazón del municipio, la Plaza de la Constitución. Sus singulares características motivaron que fuera distinguido como Fiesta de Interés Turístico Provincial en octubre de 2010. Ahora que ha crecido todavía más y que se organiza al compas de una agenda de actos más completa se persigue la distinción como Fiesta de Interés Turístico Autonómico.

El libro «Almoradí. Un recorrido histórico», publicado por José Antonio Latorre, recoge la historia de cómo surgió este mercado al que cada semana acuden miles de personas desde diversos puntos de la comarca y la provincia. Almoradí obtuvo el título de Universidad, otorgado por Felipe II, por Privilegio Real en El Escorial, el 5 de octubre de 1583. Desde entonces se configuró como un municipio independiente, segregándose de la ciudad de Orihuela, y obteniendo así el autogobierno vecinal. Así mismo, la categoría de Universidad conllevaba la creación de un depósito municipal de granos para la regulación del mercado y abastecimiento de trigo y mercaderías. De igual modo se obtuvo autorización para celebrar mercado un día a la semana, que pronto se convertiría en el más importante de la comarca.

El mercado de Almoradí se puede visitar cada sábado, excepto Año Nuevo y Navidad, y se calcula que recibe unos 30.000 visitantes. Discurre por las calles del centro, el conocido como trazado Larramendi. Es el área que dio forma a la nueva localidad tras el terremoto de 1829, que no dejó ni una casa en pie.

Este zoco es hoy por hoy el único de su tipología, con frecuencia semanal y ubicado en el centro urbano de la localidad, que cuenta con reconocimiento turístico de todos los que se realizan en la Comunidad Valenciana, según apunta Latorre, que es concejal en el Ayuntamiento. Entre sus tres centenares de paradas se encuentran todo tipo de productos. Desde frutas y verduras frescas cultivadas en la fértil huerta de la Vega Baja hasta calzado, moda y complementos, flores o cosmética. Eventos como las ferias de comercio que se impulsan en paralelo varias veces al año, la de automoción y, sin duda, las citas gastronómicas con la alcachofa como producto estrella atraen cada vez a más visitantes a la plaza conocida como el Paseo, y en torno a la cual se celebra el mercadillo.

«Somos reconocidos como una ciudad dinámica donde las actividades lúdicas, comerciales, recreativas, gastronómicas, deportivas o culturales se suceden de manera continua a lo largo del año, lo que atrae a un creciente número de visitantes», indica Latorre.

El concejal explica que «dada su continua renovación e incremento de atractivos, contando con un amplio programa de animación que se desarrolla todos los sábados del año, y siendo cada vez más conocido, llegando a ámbitos cada vez más alejados de nuestro término, es por lo que vamos a solicitar, previo acuerdo plenario, la calificación como Fiesta de Interés Turístico Autonómico a la Generalitat Valenciana».