Jugar una partida al minigolf, beber un cóctel, celebrar una boda o asistir a clases de yoga. Esos son algunos de los usos que el Ayuntamiento de Orihuela tiene proyectados para el Palacio de Rubalcava. Se trata de un edificio de propiedad municipal que tiene casi 100 años y que se encuentra abandonado. La administración local quiere ahora recuperarlo y darle uso mediante una reforma que contempla una inversión de 1.892.436 euros.

Fue el grupo socialista quien desveló ayer el proyecto que el gobierno de PP y Cs ha encargado para rehabilitar y poner en funcionamiento el edificio. El Ayuntamiento anunció que había solicitado una subvención para sufragar parte de la reforma con cargo al 1,5% cultural que convoca el Ministerio de Fomento para la conservación del patrimonio arquitectónico. Lo que no contaron fue qué se quiere hacer allí. La oposición desveló algunos de los pormenores de una obra, cuanto menos, peculiar, y que incluye una decoración vanguardista con elementos como sillas y mesas colgadas de los techos, espacios de restauración, una tetería donde estaba la capilla o espacios para celebraciones.

El PSOE mostró ayer su «respeto» hacia los profesionales que han diseñado el proyecto pero se mostró disconforme con los usos proyectados y, sobre todo, con el plan de obra. Según este grupo, sólo se reservan 175.000 euros para los trabajos para reforzar la estructura del edificio y se opta por instalar «puntales decorativos» para poder abrirlo cuanto antes. La oposición cree que se quiere empezar la casa por el tejado, centrándose primero en los usos que se quiere dar al edificio en vez de en la rehabilitación que se necesita para reforzar la estructura.Según recordó ayer la concejala Carmen Gutiérrez, un estudio anterior preveía como necesaria una inversión de 1,4 millones sólo para la estructura, accesibilidad y seguridad.

Reducir la obra

Según el concejal Víctor Ruiz, lo que los responsables municipales pretenden es «realizar las actuaciones estrictamente necesarias para permitir su apertura y poder reducir la obra y su tiempo de ejecución». De hecho, aseguró que en el proyecto se habla de actualizar los forjados de carga mediante «apuntalamientos estructurales de madera laminada, diseñados como parte del mobiliario» y no realizar acabados interiores, es decir, limitar la actuación a «la retirada de elementos desprendidos y un blanqueo global con pintura». Según Ruiz, en el proyecto se especifica, literalmente, que su objetivo principal es «disminuir los tiempos para abrir y poder usar el Palacio en el menor tiempo posible». En este sentido, el edil criticó que «el único interés del alcalde (Emilio Bascuñana) es abrir el Palacio como sea, pero cuanto antes, porque está buscando una foto rápida antes de que acabe la legislatura», lo que tachó de «irresponsable».

«El Palacio seguirá apuntalado pero más bonito. Se quitará lo que se está desprendiendo y el resto se pintará de blanco. Está pensado como una actuación mínima y es diametralmente opuesto a lo que el PSOE considera que se necesita, que es una rehabilitación integral», prosiguió el edil. El mismo puso en duda que el Ministerio subvencione hasta la mitad de la obra ya que no se dedica a los daños estructurales y se centra en adaptar el edificio a los citados usos.