Ayer los insultos, las peticiones de dimisiones y los gestos de desprecio al alcalde de Callosa de Segura, Fran Maciá (PSOE), fueron apaciguándose. En la Plaza de España había tal tranquilidad que no hacía falta agentes para impedir el paso de vecinos y curiosos. Las vallas son un suficiente y poderoso argumento para que nadie quiera acercarse más de lo que ellas delimitan a ver «las obras», paralizadas por el TSJ horas después de haber sido retirada la Cruz y de la que queda por trasladar la enorme peana de mármol y hormigón que, de recibirse autorización, se sacará en cuatro piezas para su conservación. Fue el 19 de enero cuando en una reunión en la Subdelegación del Gobierno comenzó a fraguarse la «Operación Cruz», respaldada por cuantas sentencias han sido necesarias desde que hace casi dos años el ejecutivo tripartito (PSOE, IU y Somos Callosa) acordara en un pleno la eliminación del símbolo de un lugar público. Aquella decisión dio paso a una batalla en los tribunales y a otra incruenta en las calles entre partidarios y detractores y a ver nacer un movimiento que durante 400 días ha estado al pie de la cruz. Callosa está dividida.

EL TSJ ordena paralizar la retirada de la Cruz de los Caídos de Callosa

EL TSJ ordena paralizar la retirada de la Cruz de los Caídos de Callosa

La determinación que el regidor y los ediles vieron en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad le dieron aquel día les aportó la tranquilidad suficiente para estar seguros de que, cuando se diera la orden, nadie iba a dar un paso atrás. Hasta sesenta agentes de la Guardia Civil se desplegaron entre el domingo y el lunes para colaborar en unas tareas que tuvieron en agentes de Policía, obreros y técnicos otros elementos necesarios para que la misma nocturnidad con la que se iban a realizar no terminaran por volverse contra de ellos, con incidentes en las calles. Hubo dos detenidos dos detenidos por hechos leves y todo el mundo resta importancia, excepto la Falange.

Dos detenidos en el desalojo en Callosa de Segura para retirar la Cruz de los Caídos

Dos detenidos en el desalojo en Callosa de Segura para retirar la Cruz de los Caídos

A las tres de la tarde, el dispositivo cerró las calles aledañas. Desde las 18 y hasta las 24 horas se fueron distribuyendo los efectivos. El regidor ha alabado la labor y profesionalidad de la Benemérita y lo hizo el lunes al mediodía, cuando ya pensaba que se veía el final a esta historia, pero antes de que se le notificara la resolución paralizando el traslado hasta que haya una sentencia. Y ahora está esperando a eso, a saber qué tienen que decir los magistrados. Quizá lo sepa hoy.

Retiran la Cruz de Callosa de Segura entre fuertes medidas de seguridad

Retiran la Cruz de Callosa de Segura entre fuertes medidas de seguridad

El alcalde arrastra una pesada carga que comienza por sus propios socios de gobierno, a los que durante año y medio tuvo que convencer de que lo primordial eran los tiempos de la Justicia y contar con todos sus parabienes porque, de eso sí era consciente, iban a dar un paso al que muy pocos se han atrevido. Y la última sentencia que les daba la razón fue la que confirmó que la Plaza de España es pública y no de la Iglesia, como seguía sosteniendo en un comunicado el lunes el párroco y que hizo llegar el Obispado. Y contener a los suyos no ha sido tan duro quizá cómo escuchar insultos y amenazas por las calles y en redes sociales o que el Partido Popular anunciara que «si las urnas les devuelven a la Alcaldía en 2019, repondrán la cruz». Valiente argumento político.

Maciá ya sabe qué hará cuando la resolución llegue. Si, como espera, hay luz verde para seguir los trabajos, en 24 horas un pavimento recuperará la plaza tal cual debería haber estado desde hace décadas y el BIC que es la Arciprestal de San Martín quedará libre de un símbolo que, según la propia Conselleria de Patrimonio, desluce su visión. Si, por el contrario, tiene que devolverla no será tan fácil porque tuvo que ser cortada y será necesario realizar trabajos para su aseguramiento con garantías.

El símbolo, mientras tanto, sigue en el Museo del Cáñamo, al aire libre y tan expuesto como cuando estaba en la plaza, pero el regidor no dormirá tranquilo hasta que todo este asunto acabe. Su objetivo es colocarla en el Cementerio, propiedad de la Iglesia y así piensa plantearlo al Obispado que tendrá la última palabra. Ayer, Maciá recordaba como el único gesto bueno del día el de una vecina enjunta y mayor, una de las pocas que se acercó a él en un Mercado en el que se sentía un poco como un apestado, y le soltó: «Alcalde, acaba lo que has empezado».