La Generalitat va a iniciar los trabajos para «revisar la clasificación» la Cañada Real de la Costa. Una vía pecuaria de antiguo paso de ganado, protegida y recogida en la legislación desde mediados de los años 70, pero cuyo trazado no se ha detallado durante los últimos 40 años. En la mayor parte de su recorrido ha sido ocupado por edificaciones. A quienes tengan «un interés legítimo»en el procedimiento se les ha convocado en el Ayuntamiento de Torrevieja el 8 de marzo a las 11 de la mañana.
¿Por qué se deslinda ahora? El colectivo ecologista Salvemos Lo Ferrís reclamó al Ayuntamiento que revocara la licencia que otorgó a la empresa Ferris Hills para realizar un vallado perimetral en el palmeral protegido junto al mar. Ese vallado, bautizado ahora como el «muro de la vergüenza», impide el paso peatonal al paraje y solo deja una franja libre de paso entre el palmeral y el mar y la cala. El argumento para reclamar la anulación de la licencia y el derribo de la valla es que ocupa la vía pecuaria, además en suelo rústico. Algo que a la hora de conceder la licencia, también con informes sectoriales del Servicio Provincial de Costas, se obvió o no se contempló al no estar deslindada.
La Concejalía de Medio Ambiente, dirigida por Fanny Serrano (PSOE), no ha llegado a informar sobre esta resolución de la administración autonómica, que fue rubricada el 17 de enero por la Directora Territorial de Medio Ambiente, Carmen Catalá, y publicada en el Diario Oficial de la Generalitat el 8 de febrero. Tampoco se han pronunciado Los Verdes, mientras que Izquierda Unida y su concejal en el gobierno, Víctor Ferrández, se ha sumado claramente a favor de la movilización que reclama el máximo nivel de protección y derribar el muro.
Fue Urbanismo la que reclamó el deslinde como la única posibilidad de retranquear el vallado particular que cerca desde hace más de dos años el palmeral. En ese momento la edil Serrano aseguró que el deslinde sólo afectaría a esos 900 metros de la Cañada por el coste que tendría abordarlo en todo el término. Sin embargo, los propietarios de Ferrís se preguntaron públicamente por qué no se iba a ver afectado el resto del trazado, que prácticamente recorre 15 kilómetros del litoral de Torrevieja, desde Punta Prima, al sur, al canal salinero de la laguna de La Mata, al norte.
La Generalitat, para curarse en salud, ha decidido abordar lo que denomina como «revisión», pero para todo el trazado. Si la referencia de Torrevieja va a ser el expediente que acaba de aprobarse para Guardamar para la misma cañada las dimensiones del principal trazado se verán muy reducidas. La Cañada Real en Guardamar ha pasado de contemplar una anchura genérica de 75 metros a contar con solo diez y todo parece indicar que esa es el criterio para Torrevieja. El argumento es que la vía pecuaria ha perdido su sentido de paso de ganado. La legislación da gran importancia al valor patrimonial y uso social de los caminos en especial por su condición de dominio público.
La mayor parte de los 15 kilómetros de Torrevieja discurren ya por suelo urbano ocupado por edificaciones. Autorizadas sin que ese dominio público fuera obstáculo. Incluso se ha obviado en construcciones relativamente recientes.
Salvemos Lo Ferrís va a reclamar que el trazado y anchura de la vía pecuaria, con 75 metros, se respete en las zonas no urbanizables del litoral de Torrevieja, como es el caso de Ferrís y las calas. En cualquier caso, si la Generalitat asume ese criterio, algo que no ha hecho en Guardamar al considerar que la Cañada Real ya no debe contar con esa anchura, la valla no desaparecería. Solo se retranquearía para alejarse de la costa y dejar más margen de paso peatonal.
