Ciudadanos (Cs) de Torrevieja denunció ayer que la factura del agua que paga el Ayuntamiento a la suministradora Agamed ha sufrido un incremento de 100.000 euros en 2017. Incremento que se produce desde que el municipio se vio obligado el pasado verano a prescindir de aguas depuradas y utilizar recursos potables para regar las zonas verdes y jardines. El Consistorio cerró el grifo del agua depurada para jardines y baldeo entre 250.000 y 300.000 metros cúbicos anuales tras un ultimátum de la CHS. Lo hizo tras una sentencia de 2014 que confirmaba que no cuenta con dotación de recursos hídricos de la depuradora concedidos administrativamente. Están adjudicados a dos comunicados de regantes -Torremiguel y La Pedrera-. En aquella ocasión el organismo de cuenca indicó que no se iba a limitar a sancionar con una multa coercitiva de 6.000 -algo que estuvo haciendo periódicamente diez años-. Exigiría, en función de la resolución judicial, responsabilidades a las cargos públicos y técnicos que continuaran manteniendo esa situación.

El Ayuntamiento había intentado en varias ocasiones contar con una dotación formal de la CHS. Sin embargo, los agricultores que usan esos recursos para el riego agrícola, pero también para el suministro de campos de golf desde que se puso en marcha la primera fase de la depuradora en 1980, alegaron en contra.

La resolución se basa en un informe de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunitat, que dice que la instalación no depura un caudal suficiente que permita atender la demanda del Ayuntamiento. Toda el agua que produce la estación de Torrevieja está adjudicada a la Comunidad de Regantes Torremiguel (5,9 hectómetros) y a la Comunidad de Regantes de San Miguel-La Pedrera (1,7 hm3). Suman 7,6 hectómetros de agua reciclada al año. Sin embargo la instalación depura 6,5 hectómetros: el resultado es que antes de que el Ayuntamiento, como administración, pudiera acceder a ese agua, como tercer demandante, la depuradora debería tratar al menos un hectómetro más al año. Durante décadas la CHS -aunque con multas coercitivas- y las comunidades de regantes propietarias de la dotación consintieron de forma tácita, -sobre todo porque no la necesitaban en ese momento-, el uso que el Ayuntamiento realizaba de ese agua, que hasta el propio municipio reconocía que era irregular

Hubo tres puntos de inflexión que determinaran que se cerrara el grifo el pasado verano. El primero y más importante la sentencia comunicada por la CHS. El segundo, el cambio de postura de los regantes que, con la sequía extrema, el elevado precio del agua desalinizada -pese a estar subvencionada- y la inexistencia o endurecimiento del acceso al caudal del trasvase Tajo-Segura, exigieron hasta con la última gota disponible.

Torremiguel

El tercero y que nadie reconoce: el enrarecimiento de las relaciones entre el Ayuntamiento con representantes relevantes de la principal comunidad, la de Torremiguel, con el futuro urbanístico de los suelos situados en el entorno de la depuradora como trasfondo. El Plan Protección de Infraestructuras Verdes del Litoral (Pativel) ahora protege buena parte de esos terrenos rústicos- en tramitación de reclasificación desde hace 15 años-.

La empresa mixta Agamed mantiene un acuerdo por el que municipio puede utilizar al año 300.000 metros cúbicos gratuitos, casi todos destinados al suministro de edificios municipales. Ese límite, que comenzó a sobrepasarse de largo en el anterior mandato, se ha rebasado ampliamente en éste con el gasto de agua para riego. No solo por el riego de jardines, también -en 2017- por el llenado de la piscina cubierta del Palacio de los Deportes. Pese a no contar en las últimas décadas con autorización ni dotación para agua depurada para regar parques y baldear las calles, el Ayuntamiento y la empresa que gestiona el suministro y saneamiento, construyó 39 kilómetros para distribuir lo que denominaba como «agua regenerada» -agua depurada con tratamiento terciario-.

Una red especial que parte desde la depuradora y que se empleaba para regar el 50% de la superficie los parques y para baldear las calles. Paradójicamente Torrevieja riega ahora sus parques con agua potable obtenida en el mismo municipio: agua del mar captada desde la playa de Los Náufragos para la desalinizadora.