Ana Barceló cumplirá el 7 de agosto dos meses en el cargo de consellera de Sanidad. Esta semana visitó el Hospital de la Vega Baja, y pronto, asegura, hará lo propio en el Hospital de Torrevieja, «territorio comanche», para los cargos públicos del Consell desde 2015 -no está muy claro si por voluntad de la administración autonómica, o por decisión de la concesionaria de la gestión público-privada de Ribera Salud-.

Abogada, diputada y exalcaldesa de Sax, Barceló despliega esa accesibilidad adquirida en bregar problemas grandes y pequeños de un municipio e insiste -mucho- en el esfuerzo que la Conselleria de Sanidad está realizando en invertir en una sanidad pública «que es nuestra prioridad» por el «abandono» al que, a su juicio, la sometió el PP durante sus años de gobierno. Algo explica que «nos ha obligado (en este mandato) a hacer muchas inversiones en tecnología que nos hemos encontrado muy obsoleta. Nuestro objetivo ahora es dignificar las infraestructuras».

La consellera asegura que va a visitar el departamento de salud de Torrevieja «en cuanto pueda porque tengo que cuadrar muchas cosas. Tengo visitas a Castellón, València y colegios profesionales. Tengo intención de visitar todos los hospitales». Actitud distinta a la de su antecesora, la ahora ministra de Sanidad, Carmen Montón, que no aterrizó por el Hospital Universitario torrevejense ni para la celebración de su décimo aniversario, al que fue invitada. Aunque Barceló aclara que «coincide plenamente con la línea que trazó no solo la consellera, el Gobierno de la Generalitat dentro del pacto del Botánico» a la hora de revertir las concesiones público-privadas cuando acaben su periodo concesionario. En el caso de Torrevieja 2021.

Al ser preguntada por el debate abierto por el PP, secundado desde las redes sociales oficiales de Torrevieja Salud, en el sentido de que la Generalitat estaría limitando recursos y asistencia en el departamento de salud de Torrevieja para trasladar un empeoramiento de la calidad asistencial, indica: «Si la concesionaria quiere entrar en la deriva de desprestigiar lo público creo que se equivocan. Les pediría que hagan una reflexión. Si ellos han crecido ha sido en detrimento de la sanidad pública. No se ha invertido lo que se tenía que haber invertido (en la sanidad pública). Y no voy a entrar en esa batalla. Lo tenemos muy claro. Nosotros queremos una sanidad pública y la colaboración con la privada en aquello que sea necesario, como bajar las listas de espera».

Para Barceló «el modelo implantado en su día por el PP de las concesiones no ha sido un modelo ideal». La responsable sanitaria remarca que «ni ha ofrecido la eficacia ni la eficiencia que se prometió a los ciudadanos. Se ha abandonado en la etapa del PP la sanidad pública». Sí matiza que el departamento que dirige no tiene intención de revertir la concesión de Torrevieja antes de 2021 y prefiere no pronunciarse sobre las auditorias abiertas a la concesionaria porque, asegura, no están terminadas. «Nuestro objetivo es revertir Dénia con seguridad jurídica y en eso estamos. Y lo haremos siempre desde el diálogo, y desde la seguridad jurídica. Buscando siempre los acuerdos. ».

Para la Generalitat algunas de las ventajas del sistema concesionario más visibles y con mayor repercusión para el usuario -como es el caso en Torrevieja de las camas individuales de hospitalización desde 2006 o la ausencia de camas en los pasillos-, no es lo más relevante: «Evidentemente cuando se hace un hospital (por concesión) se hace para trasladar que es mucho mejor. Pero habrá que preguntar al PP por qué no apostó por la sanidad pública. Estamos trabajando en esa línea. Hemos aprobado la ley de muerte digna, que creemos que es importante para que las personas puedan contar con los cuidados paliativos y un espacio que dignifique ese final. Y disponer de una habitación individual».

Pero especifica Barceló que la «cuestión no es medirse con la privada (las concesiones). Es por qué no se ha invertido en la pública.. . Me gustaría medirme en la calidad asistencial, en la calidad de los profesionales, en la humanización de la sanidad, en el trato de los profesionales a los pacientes».

Y además advierte la consellera: «Nosotros no vamos a gastar en publicidad lo que gasta la privada. La mejor publicidad es la que hagan nuestros pacientes cuando salen del hospital. El gobierno no puede dedicar millones de euros a algo que luego no es real. Ese dinero tenemos que emplearlo en mejorar, contratar más facultativos, especialistas, enfermeras, mejores infraestructuras...».