Dicen que las prisas son malas consejeras y eso es lo que le ha pasado al nuevo flamante Colegio de Infantil y Primaria Playas de Orihuela. Su apertura estaba prevista para el mes de enero de 2019, tras acabarse sus obras en las que se han invertido 6,6 millones de euros. Pero había tantas ganas en la Conselleria de Educación y, sobre todo, en la comunidad educativa de Orihuela Costa, de que se inaugurara que la primera decidió hace unas semanas que el curso se iniciara en las nuevas instalaciones que dotaban a la zona de un colegio «de ladrillo» tras permanecer sus alumnos más de 15 años en uno de barracones.

Sin embargo, la alegría inicial se ha tornado en decepción entre las familias por el «caos» que ha conllevado la apertura del nuevo colegio. Los alumnos que estrenaron «cole» el pasado lunes se encontraron con unas aulas casi vacías, apenas con las mesas y las sillas. El mobiliario brilla por su ausencia en las nuevas instalaciones. Solo está el que se ha ido trayendo del antiguo colegio de prefabricadas. Las pizarras, en las clases en las que las hay, están en el suelo, ya que no ha dado tiempo aún a colgarlas. Y tampoco hay ordenadores. Ayer mismo un camión de mudanzas seguía trayendo material y mobiliario del viejo centro escolar al nuevo.

Simplemente, no ha dado tiempo, por la improvisada apertura, a dotar al centro de todo el mobiliario, ni tampoco del personal docente necesario, aunque la falta de profesores no es un caso excepcional, y sí extendido en muchos centros de la provincia de Alicante en este nuevo curso. Pero al nuevo CEIP Playas de Orihuela , por faltarle, ni siquiera tiene línea telefónica. Es imposible contactar con el centro y esto está siendo un problema para las familias que quieren matricular a los niños y niñas este mes de septiembre, fuera de plazo. Son más de 30 los futuros alumnos que están aún sin escolarizar y sus familias están desesperadas desde hace dos semanas por matricularlos. Para mayor problema, la secretaría del nuevo colegio aún permanece cerrada.

Malestar y desilusión

El partido de Orihuela Costa, Claro, se ha hecho eco de las quejas de las ampas. El portavoz de esta formación, Román Jiménez, denunció ayer que «la comunidad educativa ha pasado de un estado de alegría e ilusión por poder ver tantos años de lucha, que sus niños empezaban en una nueva etapa escolar, fuera de los barracones indecentes, a un estado de desilusión y frustración por el caos reinante».

Su partido va a presentar una queja formal ante la Conselleria de Educación pidiendo explicaciones por el adelanto cuatro meses en la apertura del colegio exigiendo, además, que dote urgentemente de recursos materiales y humanos al centro. «No se deja acceder a los padres al interior, se atienden en las misma puerta, imaginamos para que no visualicen el descontrol y la falta de recursos de todo tipo en el centro», señala Jiménez.

En el exterior aún no se han pintado los pasos de peatones y, ayer, la Policía Local no reguló el tráfico a la salida del colegio creándose un cierto descontrol. Los viales que rodean al centro tampoco están acondicionados para soportar intensas lluvias, como las de los pasados días, que inundaron los accesos al nuevo colegio y muchos padres se preguntan dónde está el plan de pluviales previsto para Orihuela Costa. Eso sí, los alumnos olvidarán las goteras e incomodidades que han tenido que soportar durante años estudiando en aulas prefabricadas.