La convocatoria de huelga de las Asociaciones de Padres y Madres de los tres colegios de Almoradí donde este curso se implantará la asignatura de Religión Islámica (CEIP Canales y Martínez, Pascual Andreu y Manuel de Torres) contó con un seguimiento mayoritario en la jornada de ayer. Las Ampa habían pedido a los padres y madres que no llevaran a sus hijos a clase en protesta por el mal estado en el que se encuentran las instalaciones de los tres centros escolares, con barracones, goteras o tejados de amianto, además de la falta de espacio para impartir la nueva asignatura de Islam.

El llamamiento fue secundado por el 75% de los padres. Así, unos 1.300 alumnos de Infantil y Primaria no acudieron ayer a las aulas en esos 3 de los 4 colegios públicos que tiene el municipio. El seguimiento de la huelga fue masivo en el CEIP Canales y Martínez, donde el 86% del alumnado no acudió al colegio, mientras que en el CEIP Pascual Andreu un 71% de sus alumnos no dieron clase y en el CEIP Manuel de Torres dejaron las aulas vacías un 68% de escolares.

Desde un primer momento, los representantes de las Ampa quisieron desvincular la convocatoria de huelga a la implantación de la asignatura de Religión Islámica en esos colegios (tres de los siete seleccionados en la provincia por la Conselleria de Educación para este programa piloto). «Antes de conocer esa decisión de Educación ya habíamos pensado en convocar protestas por el deficiente estado de los colegios», aseguró la representante del Ampa Canales y Martínez, Jessy Arbona.

Arbona se felicitó por el éxito de la convocatoria de la que dijo «no esperábamos que tantos niños no acudieran hoy a clase» y quiso recalcar que es consecuencia «de las penosas infraestructuras que tenemos, con 13 barracones desde hace 9 años, tejados de amianto desde hace 17 que ya tenían que haberse retirado hace tiempo porque son cancerígenos y hasta pasillos tabicados para hacer más aulas porque hay mucha masificación». De hecho el municipio está a la espera de la construcción de un nuevo colegio «aunque serían dos los necesarios, pero no llega ni uno ni otro», se quejó.

Los padres insistieron en señalar que la protesta «es para que nos arreglen los tejados, los barracones para que no entre más agua como estos días y el resto de deficiencias que padecemos, además de reivindicar el nuevo colegio, pero no es por la Religión Islámica porque la falta de espacio la teníamos antes».

Molestos

Sin embargo, la comunidad islámica, que apoyó ayer la huelga, se mostró molesta por el hecho de que las protestas lleguen justo en el momento en el que los tres colegios han sido designados para impartir Religión Islámica y por una de las justificaciones que se dieron estos días como la falta de espacio para la nueva asignatura. El representante de la comunidad islámica en Almoradí y miembro del Consejo Escolar de la localidad, Mimoun El Bouanany, señaló que «nos sentimos engañados por las Ampa porque nos convocaron por la mejora de las infraestructuras y para pedir un nuevo colegio, lo que apoyamos, pero vemos que hablan de la falta de espacio para la asignatura del Islam y eso no es cierto, sí que lo hay».

El Bouananany explicó ayer que «como padres nos identificamos con los demás en las reivindicaciones para pedir mejoras en las condiciones de los colegios y un nuevo centro que hace falta, pero como musulmanes no queremos que se relacione la asignatura de Religión Islámica con las deficiencias de los colegios que son muy antiguas». En este sentido criticó que las Ampa hayan iniciado precisamente ahora las protestas «cuando todo esto lleva años, no entiendo como los padres y las madres han estado callados durante todos estos años».

Hace semanas que las Ampa enviaron hasta dos escritos dirigidos al conseller Vicent Marzà sin que ninguno de ellos haya sido respondido. En las misivas los padres de los alumnos de los tres centros seleccionados para dar Islam le exponían las carencias que sufren, como la masificación (son de línea 2 y están a línea 3 todos y en algún nivel a 4, a lo que se suma la escolarización sobrevenida que es de una media de 100 por curso); también se quejaban de los 13 barracones en los que estudian 325 alumnos almoradidenses desde hace 9 años y que sufren goteras o de los tejados con amianto que aún tienen. Las Ampa le preguntaban a Marzà cuándo iba a solucionar todas esas deficiencias y a poner en marcha los dos colegios que necesita el municipio (uno está incluido en el Plan Edificant a la espera de recibir el Ayuntamiento las competencias).

El Ayuntamiento de Almoradí apoya las protestas de los padres que se pueden repetir tras el éxito de la última convocatoria ya que esperan que sus colegios dejen de ser «tercermundistas».