Frente común de las 16 comunidades de regantes tradicionales de la Vega Baja para evitar que se conceda al trasvase parte del agua depurada que ahora utilizan para el riego. Los edictos publicados en el Boletín Oficial de la Provincia en febrero y marzo con la petición de varias comunidades de regantes del trasvase Tajo-Segura solicitando la concesión del agua de las estaciones depuradoras de aguas residuales (Edar) de Callosa de Segura, Almoradí y Algorfa han disparado todas las alarmas del riego tradicional, que utilizan ese recurso que consideran «imprescindible» para mantenerse y regar la huerta de la comarca. Ayer, en una reunión a la que asistieron representantes de las 16 comunidades de regantes tradicionales y de la Generalitat Valenciana -acudió el director general del Agua Manuel Aldeguer- acordaron presentar un recurso y alegaciones a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) para que no conceda agua regenerada a los regantes del trasvase ya que, de lo contrario, advierten de que no estaría ni siquiera garantizado el caudal ecológico del río Segura del que se abastecen para regar. No acudió ningún representante de regantes del trasvase o de Fecoreva, a pesar de estar invitados.

El juzgado de aguas de Orihuela, el único que forma parte en la junta de gobierno de la CHS, llevará la voz cantante en esta nueva batalla entre los regantes tradicionales y los del trasvase. La Generalitat, que también forma parte de esa junta, apoya a los primeros y así lo expresó el director general del Agua ante los regantes reunidos ayer en el Juzgado Privativo de Aguas del Azud de Alfeitamí de Almoradí, donde se llevó a cabo la reunión. Manuel Aldeguer hizo hincapié en que el río Segura tiene un déficit de 400 hectómetros cúbicos, según su plan hidrológico, «y las únicas fuentes que aportan agua al río son las desalinizadoras y, sobre todo, las depuradoras de la Vega Baja y la de Murcia que permiten mantener el caudal ecológico y si ahora se concede parte de ese agua regenerada para otros usos estaremos aumentando el déficit hídrico del río». Aldeguer recordó que el agua de las depuradoras no tiene concesiones, incluidos los 800 litros por segundo de la de Murcia, vital para que el río siga vivo, por lo que solo contempla «que ese agua puedan seguir usándola los regantes tradicionales de la Vega Baja, como hasta ahora».

3 hm3 menos

En total serían 3 los hectómetros cúbicos, de los 30 que vierten al río y los azarbes las depuradoras de Murcia, Almoradí, Algorfa y Callosa, los que pasarían a los regantes que no son los tradicionales si finalmente la CHS concede las peticiones realizadas (los de las EDAR de Almoradí, Algorfa y Callosa). Un volumen suficiente, a juicio del riego tradicional, para acabar con el caudal ecológico y con buena parte de sus cosechas. La mayor parte del agua depurada va directamente al río y el resto a los azarbes para el riego «a manta». «El río Segura desemboca en la contraparada aguas arriba de Murcia el 90% de los días; desde allí hacia abajo, incluyendo toda la Vega Baja, lo que hay son restos de riego y agua depurada y si se elimina del caudal ese agua regenerada porque se lo llevan los del trasvase se quita el caudal circulante lo que generará un grave problema medioambiental y también de supervivencia del riego tradicional de la comarca», lamentó Aldeguer. El director general del Agua también se comprometió a proponer a la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, la construcción de una serie de conducciones desde las depuradoras de la comarca para mejorar la utilización de ese agua y que se coloquen terciarios en todas para paliar el problema de E. Coli y salmonella.

Los representantes del riego tradicional expusieron ayer sus temores de que si finalmente la CHS concede a las comunidades de regantes del trasvase los 3 hectómetros cúbicos de agua regenerada que han pedido, estas quieran más y terminen concediendo parte de los 27 hectómetros cúbicos de la depuradora de Murcia que van al río y que después utilizan para regar la huerta tradicional de la Vega Baja. Son alrededor de 150.000 las hectáreas que riegan los regantes del trasvase y si tras la sentencia del Tribunal Supremo que anula varios artículos del Plan Hidrológico del Tajo el volumen mínima para trasvasar se eleva, estos tendrán más necesidades hídricas y deberán buscar alternativas para mantener sus cultivos.

«Los regantes tradicionales utilizamos ese agua depurada, y si se la conceden a otros que ya tienen otro tipo de recursos, nosotros nos quedamos sin nada para regar porque no dependemos del agua embalsada, solo la del río ya de por sí con una conductividad muy alta», se quejó el juez de Aguas del Azud de Alfeitamí, Carlos Barrera. «Somos la zona del mundo que mejor optimiza los pocos recursos hídricos que tenemos, regamos hasta 5 veces con la misma agua, y si ahora nos quitan ese agua depurada, será el fin del riego tradicional», pronosticó.

«Es una compraventa encubierta del agua»

El milenario regadío tradicional de la Vega Baja está en peligro. Esa es la conclusión que los regantes reunidos ayer en Almoradí quisieron transmitir si se llevan cabo concesiones de agua por parte de la CHS a los regantes del trasvase, principalmente. Para el juez de aguas del Azud de Alfeitamí de Almoradí, Carlos Barrera, se deberían modificar los artículos 67 y siguientes de la Ley del Agua «que hablan sobre la cesión de los derechos del agua». Barrera exige que no se admitan cesiones como las que han solicitado varias comunidades del trasvase «porque eso se transforma en una compraventa encubierta del agua». «Es inaudito que una comunidad se lucre comprando el agua hoy y venderla mañana a un tercero obteniendo lucro, no entiendo que se permita», dijo y criticó los planes que algunos políticos proponen para aumentar las cesiones «y hacer del agua un bien público capitalizado con eso del banco del agua». Barrera indicó que los regantes «solo tenemos competencia sobre la distribución del agua».