El tiempo corre en contra de la actividad pesquera y náutica de el Puerto Deportivo Marina de las Dunas de Guardamar del Segura. El retraso en la solución del dragado, más de dos años, podría provocar la supresión de tráfico en la zona portuaria de la localidad. La situación sigue sin resolverse a pesar de «contar con los permisos necesarios» para una actuación de urgencia, según aseguró el alcalde de Guardamar, José Luis Sáez (PSOE), quien indicó que «falta la partida de 40.000 euros necesaria para sufragar un dragado de emergencia y hacerlo de manera directa».

La esperada operación de limpieza y ahondamiento que ayude a aumentar la profundidad del canal navegable debería retirar «entre seis y diez mil metros cúbicos» de lodos, explicó el primer edil. Con ello, se pretende mejorar el calado de la entrada y salida del puerto para facilitar el tráfico marítimo y evitar el riesgo de encallar. Esta circunstancia ya se dio hace unos días en el puerto guardamarenco, cuando una embarcación de las piscifactorías que se ubican frente a la costa del municipio quedó inmovilizada.

La preocupación sobre la falta de calado la ha expresado también, Marina de las Dunas SA (Madusa), empresa que gestiona y explota el puerto deportivo. Hace unos días informaba a los usuarios de la disminución considerable del calado, por lo que «presuponemos que las embarcaciones con calados superiores a 1.60 metros pueden tener problemas de navegación, por lo que no se aconseja la salida». El Puerto Deportivo Marina de las Dunas de Guardamar del Segura tiene una capacidad de 500 amarres para veleros y embarcaciones de motor de hasta 15 metros de eslora. Alberga un varadero, parking público y venta de amarres, entre otros servicios que se están viendo perjudicados por la alterada situación de navegación que presenta el puerto.

En esta instalación portuaria también se encuentra el Club Náutico de Guardamar. Esta entidad también se ve afectada por la falta de fondo en el puerto porque se reducen sus actividades, como concursos de pesca y regatas. Además, el problema del calado perjudica «la viabilidad de las necesidades de los socios con sus barcos, que siguen amarrados y cumpliendo con sus obligaciones administrativas», indicó uno de los socios, añadiendo que «ya son varios los barcos que se han ido a otros puertos».

Una piscifactoría traslada su actividad a otros puertos

Una piscifactoría traslada su actividad a otros puertos La Asociación de Empresarios de Guardamar se reunió con el alcalde, José Luis Sáez, para conocer el estado de tramitación del dragado, que afecta a la actividad pesquera que faena en la costa guardamarenca y a las embarcaciones de recreo que se mantienen en el puerto.

Los empresarios plantearon la inmediata actuación de la draga ante la amenaza que está suponiendo la falta de calado para sus negocios, ya que la demora les podría obligar a derivar el trabajo a otros puertos, como ya lo ha hecho una empresa del sector de la acuicultura, muy importante en Guardamar.

Más de dos años de abandono

Después de más de dos años, la zona portuaria del municipio sigue a la espera de una solución más que necesaria tras la modificación del proyecto de dragado de emergencia en la desembocadura del río Segura, del que es órgano promotor el Ayuntamiento de Guardamar.

Fue en diciembre de 2016 cuando el problema empezó a ser evidente a consecuencia de unas lluvias torrenciales y el panorama, desde entonces, está forzando a usuarios del puerto y el Club Náutico a llevar sus embarcaciones a otros puntos de amarre de Torrevieja, Orihuela Costa y Santa Pola.

El problema tiene ya un impacto económico. Y la solución, más allá del coste, requiere de garantías puesto que confluyen las competencias del Ministerio de Medio Ambiente, la Conselleria de Medio Ambiente y el Ayuntamiento y además debe tener en cuenta la retirada y tratamiento de los lodos retirados -sedimentos del río y los temporales- en un vertedero autorizado.