El 23 de mayo de 2017 la Generalitat ordenó suspender las clases de los 700 alumnos del Instituto Libertas. La versión oficial que se trasladó, como contó este diario, es que los técnicos iban a «inspeccionar unas grietas» y para eso requerían de una jornada sin docencia. Pero la actuación de la Conselleria de Educación fue mucho más relevante, tal y como ha podido confirmar ahora INFORMACIÓN: se realizó una revisión de los cimientos pero también se apuntalaron en el mismo día y por la vía de urgencia al hallarse zonas agrietadas en un tramo importante del sótano de uno de los principales aularios. El sótano y los laboratorios junto en la parte superior, en la planta baja. También se decidió inutilizar, aunque sin necesidad de apuntalar, las aulas situadas en la primera y segunda planta destinadas a laboratorio y música -para evitar una sobrecarga sobre la zona ya apuntalada-. Los alumnos que tienen la asignatura de Tecnología como materia obligatoria en Primero y Segundo de Secundaria y como opcional en Tercero y Cuarto utilizan un barracón como clase desde entonces -con treinta alumnos sin desdoble, aunque con dos profesores-. Sin embargo, la Generalitat ha llegado a pronunciarse sobre estas deficiencias de las que se desconocen más detalles. El apuntalamiento preocupa al equipo docente que desarrolla su labor diaria en las aulas ubicadas junto a la zona afectada. Inicialmente la Generalitat aseguró que se iba a intervenir el pasado verano y ahora se señala al que viene.

Chapuzas sin recepcionar

Este diario intentó ayer recabar la versión de la Generalitat vía telefónica y a través de correo electrónico para conocer la entidad del problema estructural, el momento del trámite del proyecto y la inversión necesaria para hacer la reparación. La administración autonómica no contestó ayer. Por su parte, el concejal de Educación, José Hurtado (Los Verdes), sin competencias sobre la construcción y obras de reparación de los centros, indicó que la Generalitat consideraba «prioritaria» esta intervención cuando planteó al Ayuntamiento integrarse en el plan Edificant. Una propuesta por la que los ayuntamientos proyectan y adjudican las obras necesarias en colegios e IES y la Generalitat las financia. El municipio rechazó adherirse ante la limitada capacidad de recursos municipales para afrontar los proyectos y contrataciones por lo que es la Conselleria la que debe abordar la obra. Como ha anunciado para el caso del Colegio Inmaculada y tiene debería hacer, aunque no está cumpliendo las previsiones, con el Colegio Amanecer, que funciona en barracones desde 20014. Las grietas en la estructura se producen en un centro relativamente nuevo. Se estrenó a principios de la década de los años 2000. No ha cumplido ni veinte años. La ejecución del instituto estuvo rodeada de polémica desde el principio. El Ayuntamiento proyectó y contrató las obras a Acciona -la principal adjudicataria de obra pública del municipio durante 30 años- y luego la Generalitat las abonó. También para la ampliación del IES Las Lagunas y la construcción del Colegio Nuestra Señora del Rosario. La idea, similar a Edificant, pretendía agilizar las obras y eliminar barracones.

El Colegio Nuestra Señora del Rosario y el Libertas se emplazaron en las parcelas con menor valor urbanístico del plan parcial y que más dificultades presentaban -también de estabilidad del suelo-. Hasta el punto de que formalmente la Generalitat no ha recepcionado, a día de hoy, las obras de esos tres centros por las carencias detectadas nada más terminarse las obras -aunque la empresa sí cobró la actuación y con sobrecostes importantes-.

¿Vuelve la época de los barracones y la masificación?

El último consejo escolar municipal concluyó que Torrevieja requiere de un nuevo centro de Primaria al margen de la construcción de los colegios Inmaculada y Amanecer al recuperarse con fuerza de la crisis la demanda de plazas y si se quiere respetar el límite legal de 25 alumnos por aula en Primaria. El inspector de Educación ya ha comunicado a directores que deberían decidir ubicaciones de barracones aunque el Ayuntamiento niega que estén previstos para septiembre.