El Ayuntamiento ha aprobado el proyecto por el que se protegerá y dará uso museográfico con acceso público a los restos arqueológicos en Punta Prima del cuartel de Carabineros del siglo XIX y la batería, polvorín, aljibes y refugio antiaéreo de la Guerra Civil. Gomendio, promotora propietaria de este suelo calificado como urbano desde mediados de los sesenta en primera línea de playa, tenía previsto construir dos torres con más de 250 apartamentos -similares a las que acaba de terminar junto a esa misma parcela. Pero en este caso para lograr licencia de obra mayor debe salvaguardar el refugio subterráneo y el resto de elementos protegidos. Algo que ya está presupuestado en 400.000 euros y que se sufraga a costa del constructor.

La concejala de Urbanismo del Ayuntamiento, Fanny Serrano, informó ayer sobre la tramitación que está siguiendo la puesta en valor de este refugio de la Guerra Civil en Punta Prima. La edil reiteró que el proyecto planteado por la propiedad «desde inicio se ha condicionado a la puesta en valor y musealización de los restos de la Guerra Civil».

El inicio de estas actuaciones de protección del patrimonio se remonta al año 2017, cuando la propiedad solicitó la licencia de obras. La edil dijo que el Ayuntamiento «al conocer la existencia de ese bien decidió suspender la tramitación y remitirlo a la Conselleria de Cultura porque, aunque al ser bienes procedentes de la Guerra Civil ya están protegidos por la Ley 9/2017 de Patrimonio cultural valenciano, lo cierto es que el Ayuntamiento no los tiene catalogados expresamente como Bien de Relevancia Local, por lo que la competencia para dictaminar los informes recae aun sobre la Generalitat».

Desde la Conselleria de Cultura se solicitó que se modificara el proyecto para que se garantizase la conservación de los elementos de la Guerra Civil, «vinculando expresamente de esta manera la obtención de la licencia de obra a la conservación y puesta en marcha de un proyecto museográfico».

El 23 de enero de 2019 la propiedad presentó el primer proyecto de puesta en valor. Tan solo un día después, se envió a la Conselleria, y fue la propia administración autonómica la que, el 18 de marzo, realizó un requerimiento de subsanación. Posteriormente, el 27 de marzo de 2019, se presentó el nuevo proyecto con las deficiencias detectadas subsanadas, y el 26 de abril de 2019, la arquitecta municipal informó favorablemente la propuesta.

Museográfico

La iniciativa garantiza no solo la conservación de los diferentes elementos sino que también integra en el área musealizada la construcción planteada. Los cimientos de las torres «encapsulan» la galería subterránea que se utilizó como refugio antiaéreo por un destacamento republicano durante la Guerra Civil. Es decir, se construirán encima con un acceso público desde el exterior. Posteriormente, «y si está todo conforme», según la edil, se otorgará la licencia de obras que lleva consigo la ejecución de los trabajos necesarios para preservar el refugio, recuperar el resto de los elementos y la musealización del conjunto -una pequeña parte está afectada por la ley de Costas-.

La edil de Urbanismo ha expresado que espera una «pronta y favorable» respuesta por parte de Conselleria: «Todas las tramitaciones que se han ido realizando se han producido de manera colaborativa entre las distintas administraciones y la propiedad».

La primera intervención -inédita en la gestión de patrimonio local en Torrrevieja y menos para una parcela privada de 20.000 metros cuadrados en primera línea- fue la exigencia de la contratación de un equipo de cinco arqueólogos a la empresa para estudiar los restos, retirar escombros y precintar los accesos para evitar su deterioro y que se realizó en junio de 2018.

Una de las primeras instalaciones construidas en España en el siglo XIX para atajar el contrabando

El patrimonio histórico subsistía entre escombros y una parte estuvo ocupada por un chiringuito durante años

Los restos arqueológicos que todavía siguen en pie forman parte de un conjunto de vigilancia y defensa construido en las últimas décadas del 1800. Con la idea de atajar el contrabando al que se dedicaban buena parte de las gentes del lugar-Torrevieja era líder en esta actividad ilegal-, se levantó un puesto de carabineros, uno de los primeros del país,en este emplazamiento costero. Las instalaciones fueron después utilizadas durante la Guerra Civil, y de esa época data el refugio antiaéreo que hasta hace unos meses oculto entre la maleza y los escombros y que algunos conocedores de la historia local habían visitado (ahora se ha limpiado y precintado el acceso). Ese acceso al subterráneo y a una galería de unos veinte metros de longitud, en buen estado, era sin embargo esquivado con desinterés por el público habitual del paraje, concurrido todo el año por turistas -hasta el punto de que parte de los restos estaban integrados en la terraza de un chiringuito ilegal hasta el verano de 2017-. Mientras en tierras torrevejenses se localizan las soleras de los edificios del Cuartel y parte del antiguo aljibe. La sola datación de los restos en el siglo XIX ya les confiere protección genérica automática. Pocos podrían imaginar que ahí se ubicaron cañones de artillería para defender la costa de posibles desembarcos de tropas franquistas y de ataques a la base naval de Cartagena.

El proyecto de la constructora, que acabará, eso sí, con uno de los escasos tramos libres de edificación del sur de Torrevieja -con la excepción de Ferrís- debe también trasladarse al Ayuntamiento vecino de Orihuela, aunque la competencia final para autorizar las torres es de Torrevieja.