La cuenca del Segura sigue en situación de prealerta por la sequía por lo que la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) tiene previsto incrementar las restricciones de agua para el riego en las tres vegas del Segura, es decir, del regadío tradicional, de cara a este verano. Así lo manifestó el presidente de la CHS, Mario Urrea, en una comparecencia ante los medios previa al acto de la apertura de plicas para las concesiones de agua de la desaladora de Valdelentisco. Urrea indicó que se va a proponer aumentar el recorte en el riego «suavemente», si bien explicó que la cantidad concreta se determinará mañana durante la reunión de la Junta de Gobierno.

Actualmente, los huertanos con concesiones de agua previas a 1933 tienen unas restricciones del 10% de agua, mientras que los regadíos posteriores a esta fecha alcanzan un 15%. Todos ellos dependen del agua que almacenan los pantanos de la cuenca del Segura.Urrea indicó que la situación sería peor si no hubieran caído las lluvias de Semana Santa. De no haber ocurrido esto, ha dicho, «estaríamos ya en alerta».

La Confederación Hidrográfica del Segura ha convocado para hoy, 3 de mayo, la reunión de su Junta de Gobierno, que está formada por los representantes de la Administración del Estado, así como de los usuarios (regantes, abastecimiento, usos energéticos y otros) y las comunidades autónomas de la cuenca (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Junta de Andalucía, Comunidad Valenciana y Región de Murcia).El anuncio que ayer realizó el máximo responsable de la cuenca pone en alerta a miles de familias de la Vega Baja, pero también de las otras dos cuencas (Media y Alta) del Segura.

Agua a La Pedrera

La CHS adoptó medidas para reutilizar una parte del aumento de caudal del río durante el episodio de lluvias torrenciales que afectó de forma generalizada a la cuenca entre el 19 y el 21 de abril pasado, en el tramo final de la Semana Santa. Según explicó a INFORMACIÓN el director técnico de la CHS, Carlos Marco, al contar con previsión de lluvias torrenciales se solicitó a la gestión del trasvase del Tajo que dejara de remitir caudales. Eso permitió acumular agua de la crecida en embalses de cabecera. Mientras que se utilizaron las infraestructuras del postrasvase para desviar agua del Segura en Ojós (Murcia) hasta el embalse de La Pedrera. 4 hectómetros que pertenecen al riego tradicional de la Vega Media y Baja. Algo que además impidió una crecida excesiva del río.