¿Qué poblaciones de delfines mulares del Sureste -entre Málaga y el Cabo de Santa Pola- han aprendido en los últimos años a «asaltar» las artes de pesca para alimentarse? ¿Cómo lo hacen y por qué en algunas zonas se documentan estas capturas y daños a las redes y en otras no? Esta y otras interrogantes intenta esclarecer un grupo de investigadores de la Asociación Naturalista del Sureste (ANSE), que ha recibido el respaldo de entidades públicas para llevar a cabo durante este año un estudio que aporte datos de campo en el mar sobre los grupos de delfines mulares que durante los últimos años producen daños en las artes de pesca de trasmallo y cerco en zonas costeras de Andalucía como el entorno de Caleta de Vélez (Málaga) y litoral de Adra (Almería) y compararlo con lo que ocurre en otras áreas litorales como el sur de Alicante y este de la Región de Murcia, donde las interacciones y daños parecen, de momento, ser «mucho menores». De esa estrecha vinculación, normalmente no perjudicial, entre la actividad pesquera y los delfines hay testimonios desde la época romana, según explica el responsable de ANSE, Pedro García.

Y para el caso de la flota de arrastre, los pescadores la consideran beneficioso porque los delfines acuden tras los peces que escapan de la red de arrastre en el lecho marino, lo que ayuda a que muchas capturas vuelvan a la red y no se escapen. Pero no es el caso para las flotas de cerco -dedicadas a la captura del pescado azul, en especial sardina y boquerón, y las artes menores: es un comportamiento aprendido y que en algunas zonas como Caleta de Vélez están generando pérdidas a los pescadores, que incluso han llegado a combatir estas incursiones con explosivos.

Determinar

El tamaño de las poblaciones de delfines mulares mediante avistamiento en la mar y fotoindentificación, evaluar los posibles daños en artes de trasmallo y cerco por la interacción con delfines, promover la participación de los pescadores en la toma de datos mediante uso de hidrófonos, encuestas y embarques a bordo, y trabajar en la búsqueda de soluciones a estos «asaltos» son los objetivos del proyecto impulsado por ANSE.

Así, en los últimos días el velero Else ha navegado entre Cabo de Palos y Santa Pola en la primera campaña para evaluar la situación de la especie. De momento, se han avistado dos grupos diferentes de delfines mulares compuestos por entre 15 y 20 individuos, y de los que se han obtenido imágenes que permitirá compararlos con el catálogo de 500 ejemplares que ANSE tiene para el conjunto del Sureste de la Península Ibérica.

El proyecto «Compatibilidad de Delfín mular Tursiops truncatus con actividades pesqueras en áreas marinas protegidas» cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP (Fondo Europeo Marítimo y de Pesca), además de la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez -que busca respuestas a un comportamiento que está generando pérdidas en el sector- , la Fundación Azul Marino, el Proyecto Libera y la Red de Reservas Marinas de España.