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Torrevieja

Un paisaje que sí tiene precio

La empresa que gestiona las salinas explota como escenario de campañas publicitarias la laguna rosa y las montañas de sal

Un paisaje que sí tiene precio

Mil doscientos euros (impuestos incluidos) por tres horas y media de rodaje. Sin contar extras como el horario nocturno, jornada de sábado, domingo o festivo, o el número de vehículos que puedan entrar en el complejo industrial. Eso es lo que cuesta compartir la exclusiva imagen de la laguna rosa y las enormes montañas de sal en un primer plano. Es la «tarifa» que solicita el Grupo Salins por la utilización de suelo e instalaciones en el ámbito de su concesión. Los precios, de acceso público, reflejan el interés de grandes empresas por hacerse con un trozo de un paisaje singular, de indiscutible valor añadido para cualquier producto en el mundo de la imagen.

¿Quién iba a decir a aquellos salineros que irónicos llamaban a la laguna «el charco» que las 1.400 hectáreas de la lámina de agua, sobre la que se puede casi caminar por la flotabilidad producida por la saturación en sal, se convertirían en icono de viajeros y punto de atracción de baños exóticos? La empresa salinera podría estar ingresando no menos de cuarenta mil euros al año como compensación por esta cesión, un dato que la firma no confirma. Cifra nada desdeñable para un negocio, el de la sal, done se tiene que pelear céntimo a céntimo en el mercado internacional para colocar una tonelada por apenas un puñado de euros. La laguna rosa no solo es explotada como una de las mayores salineras de Europa. Este año -antes de las lluvias torrenciales de abril- ya se esperaba contar con 600.000 toneladas. Ahora, la saturación de microorganismos extremófilos -lo único que puede vivir en sus aguas y que la tintan de rosa también-, llena también las cuentas de Instagram desde hace un par de años. Y eso no ha pasado desapercibido para las grandes marcas. Üterque, marca de Inditex, rodó todo el material para publicitar su campaña de primavera en las orillas de sal de la laguna, y la primavera ha llegado con El Corte Inglés este año de la mano de las montañas de sal de blanco impoluto acumuladas por el «pájaro» en los últimos meses. El último uso comercial conocido del paisaje salinero fue el realizado por la candidatura -ganadora- a las elecciones municipales del PP local, que basó buena parte de su material de campaña en la sal, aunque quizá por ser «de casa» se les quedaría la tarifa en blanco.

Grupo Salins no es nueva en el negocio de la imagen y el turismo, pero en Torrevieja ha descubierto esta diversificación comercial de golpe. En solo medio año ha sido capaz de atraer a más de 25.000 visitas con rutas de trenes turísticos - suspendidas por las lluvias durante un par de semanas-, y ha reinvertido parte de estos ingresos por el uso audiovisual de un escenario único, en su propio patrimonio arqueológico industrial.

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