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Torrevieja

Costas informa en contra de los proyectos de rascacielos en la bahía de Torrevieja

El Ministerio de Transición Ecológica cree generarían "pantallas arquitectónicas" en primera línea, algo que impide el artículo 30 de la ley de Costas. La interpretación de Costas no tiene por qué paralizar los proyectos aunque podría modificarlos en la fase final de ejecución.

Recreación de las tres torres previstas por Metrovacesa en el Campico San Mamés. daria pérez/tony sevilla

La dirección General de Costas ha informado en contra el trámite de concesión de licencia ambiental para el proyecto de las tres torres promovidas por Metrovacesa en primera línea de la bahía de Torrevieja. El departamento, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, ha aportado ese informe en el expediente que la constructora sigue desde 2017, a través de la Generalitat Valenciana, para obtener la licencia ambiental. El rechazo de Costas se basa en que las tres torres incumplirían el articulado de la ley de Costas que impide que las nuevas construcciones ejerzan un "efecto pantalla arquitectónica" sobre la primera línea del litoral. En concreto, la ley de Costas dice en su artículo 30 que "las construcciones deberán evitar la formación de pantallas arquitectónicas o acumulación de volúmenes, sin que,

a estos efectos, la densidad de edificación pueda ser superior a la media del suelo urbanizable programado o apto para urbanizar en el término municipal respectivo".

El organismo que supervisa el cumplimiento de la legislación que garantiza la conservación del dominio público terrestre no alegó en su día la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que valida la construcción de estas torres -con una altura prevista de 90 metros y un 50% de la edificabilidad dedicada al uso hotelero-. En esa modificación del planeamiento municipal impulsada por el PP se reclasificaron esta parcelas, y otras muy bien situadas junto al mar, con el objetivo de que el límite de alturas permitidas pasara de seis a treinta, con la condición de que, en este caso, el 50% se destinara al uso hotelero. El principal argumento de la constructora para alegar contra el rechazo de Costas es que las características del proyecto ya estaban definidas en la modificación del PGOU y en ese momento Costas no se pronunció ni a favor ni en contra.

En la parcela anexa está contemplado otro proyecto similar promovido por Baraka, con dos torres de 30 alturas, con 130 viviendas y 250 apartamentos turísticos. Este proyecto ya obtuvo la licencia ambiental favorable, en este caso de manos del Ayuntamiento de Torrevieja, al acogerse a un procedimiento simplificado de la ley urbanística. Metrovacesa se acogió al procedimiento a través de la Generalitat con anterioridad, cuando esa posibilidad de realizarlo a través de la administración local, no estaba contemplada todavía en la legislación.

En el momento que se apruebe el estudio de detalle la empresa podría obtener la licencia de obras para dos torres de 82 metros de altura, sobre 32.000 metros cuadrados de edificabilidad. Aunque el PGOU hablaba textualmente de reservar un 50% de la edificabilidad como hotelera, nunca de apartamentos turísticos, la empresa en su comercialización no cita el hotel y sí la explotación de apartamentos turísticos -figura que la libertad tipológica de Torrevieja no recoge-. La firma del oriolano Trinitario Casanovas asegura que va a invertir 60 millones de euros en el proyecto. Pese a contar prácticamente con todos los parabienes legales, la empresa ha retirado la publicidad estática del muro perimetral de su parcela junto al parque de Doña Sinforosa en la que ya comercializaba las viviendas y espacios comerciales. En la licencia ambiental para estas torres también figuraba el mismo informe de Costas en el sentido de que estas torres provocan el efecto pantalla o muro en el entorno de la bahía. Sin embargo, los técnicos municipales consideraron que la licencia de debía ortorgarse y en cualquiera caso valorar esas consideraciones en el momento de tramitarse la licencia de obras, el proyecto de ejecución de los edificios.

Según fuentes del sector consultadas por este diario la tramitación de la licencia ambiental -en el caso de Metrovacesa- y de la licencia de obra -en el caso de que la pida- de Baraka no tiene por qué paralizar los proyectos siu las empresas justifican que no existe ese incumplimiento legal o, en última instancia, modifican los proyectos definitivos en función de las indicaciones de Costas.

El interés por la libertad tipológica, la construcción en alturas, con el objetivo de construir en vertical en solares privilegiados junto al mar en una ciudad que ha explotado el modelo de ocupación en horizontal y de planta baja se ha despertado durante estos últimos cuatro años con los proyectos de Metrovacesa, Baraka, Don Sento -en la Cala del Palangre- y otro que no ha llegado a tramitarse en un solar en primera línea en la playa de Los Naúfragos, junto a la avenida de Desiderio Rodríguez. Tanto por la oportunidad de multiplicar la edificabilidad, como el por el hecho de la falta de suelo en el centro en primera línea revaloriza la oferta de nuevas viviendas.

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