Las obras para suprimir el peligroso punto negro que suponía el cruce de incorporación casco urbano de San Miguel desde la CV-95 están a punto de terminar. La glorieta ya está operativa en la travesía de la carretera a falta de las últimas obras. La Generalitat ha invertido 1,4 millones en el proyecto que se inició en noviembre pasado y que también incluye un nuevo carril de incorporación de vehículos en el acceso a una urbanización junto a la carretera. A falta de la reivindicada vía rápida que una Orihuela con Torrevieja -tras el fiasco de la autovía- este proyecto se suma a la supresión de un cruce en Bigastro y la próxima construcción de otra rotonda en el cruce de Los Montesinos.