Ciudadanos de Daya Vieja denunció ayer públicamente la tala de la hilera de sauces llorones de marcaba el paisaje del principal vial del municipio, la avenida de Adolfo Suárez. Según el portavoz de la formación naranja y exprimer edil Rafa Vives los servicios de mantenimiento han acabado con los siete árboles de buen porte y plantados ya adultos en 2009, coincidiendo con la renovación del vial, y que caracterizaban este espacio. «Daban sombra y embellecían la zona», recordaba ayer. Tala que Cs atribuye a un «capricho» del alcalde de Compromís (José Vicente Fernández) para «complacer a dos vecinas que ni siquiera viven en Daya Vieja», que se habrían quejado de la suciedad que se acumulada por la caída de hojas. Vives señaló además que «esta es solo una muestra» de «lo que le espera al pueblo de Daya Vieja» con el gobierno de Compromís y tachó la decisión «que se ha adoptado sin previo aviso» como «masacre paisajística y medioambiental». El alcalde Vicente Fernández ofrece una versión muy distinta. Explicó ayer INFORMACIÓN que los siete sauces llorones talados generaban hojas todos los días del año. «Están ubicados en la puerta del Consultorio Médico y la Farmacia. Tenemos mucha población octogenaria y nonagenaria y el Ayuntamiento no quiere que se produzca un accidente grave por la acumulación de hojas. Se limpia todos los días pero la acumulación se produce en horas y la gente resbala. Solo con un poco de rocío la acera se pone muy peligrosa». El primer edil indicó que los árboles se sustituirán este invierno por ejemplares autóctonos de morera -muy abundantes antaño en la Vega Baja, que ofrecen una sombra generosa y muchos menos problemas de hojas-.

En este sentido dijo que el municipio va a esperar a que los tocones de los sauces se pudran «sin necesidad de levantar el pavimento». «Entiendo que la oposición vea mal cualquier decisión que adoptamos y es lo que va a hacer durante todo el mandato, pero tenemos que estar por resolver problemas y con una deuda financiera de tres millones de euros que nos dejó el señor Rafael Vives Pertusa (para el municipio más pequeño de la comarca con 700 vecinos) no es fácil», reiteró el único alcalde de la formación nacionalista valenciana en la comarca. Deuda a la que se suman otras, avanzó el primer edil, que recordó los «600.000 euros que costó el mirador de palmeras», y de las que informará «puntualmente».