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El peor Hércules nunca visto

El Orihuela, comandado por Chechu Flores, abusa de un moribundo equipo alicantino que encadena su cuarta derrota y se hunde en los puestos de descenso a Tercera

Rulo, que debutaba como titular y cometió el penalti del 0-1, intenta superar a dos jugadores del Orihuela. José Navarro

La única buena noticia del partido de ayer para el Hércules es que el nuevo entrenador Jesús Muñoz no salió corriendo del palco a toda prisa y se marchó a su casa de Mota del Cuervo. Presenció el espectáculo pero decidió seguir adelante y coger el toro blanquiazul por los cuernos. Hoy dirigirá su primera sesión de trabajo y después será presentado. El Hércules tocó fondo ayer ante un bravo Orihuela que hizo historia en el Rico Pérez con un 1-3 tan inesperado como merecido por el mejor aprovechamiento de sus ocasiones ante un rival moribundo que firma el peor arranque en Segunda B de su historia y que está ya a cuatro puntos de la salvación.

José Vegar, el técnico interino del Hércules que se sentó en el banquillo, aseguró el viernes que no realizaría ninguna revolución, pero mintió (o jugó al despiste) ya que introdujo seis cambios respecto al once de Sabadell: Álvaro Pérez suplió a Olmedo en el lateral derecho, Rulo al sancionado Nani en el izquierdo, regresó el doble pivote Miranda-Benito y, además, quiso oxigenar el ataque con Moha por la derecha y Jona como «9». Todo en vano.

El arranque impetuoso del Hércules quedó en nada porque, en el 18', Rulo regaló literalmente un penalti al Orihuela al atropellar a Badal cuando el central ni siquiera iba a rematar y ya se estaba marchando hacia afuera del área. Incomprensible. Chechu Flores ejecutó la pena máxima con su habitual serenidad y puso el partido cuesta arriba (0-1).

El conjunto blanquiazul no renunció al plan inicial y siguió percutiendo sobre el área oriolana, por la izquierda con Borja y por la derecha con Moha, quienes exigieron como nunca a los laterales Pino y Fondarella. En el 21', un gran centro de Borja lo aprovechó Moha para asistir de cabeza a Jona, pero el testarazo de este último se encontró con la buena intervención de Emilio. El Hércules halló premio sólo dos minutos después con un extraordinario balón parado servido por Borja que Samuel remató de cabeza con agresividad y superó al meta escorpión para arriba (1-1). Alentado por la grada, el equipo local siguió empujando al Orihuela hacia su área y Pablo Íñiguez estuvo cerca de marcar el 2-1 en un cabezazo dentro del área pequeña. La remontada herculana era cuestión de tiempo pero un córner pésimamente ejecutado por Diego Benito y Borja provocó una contra fulgurante de Chechu Flores. El excapitán blanquiazul avanzó metros, retrató en su esprint a Alejandro Alfaro (que además no lo pudo agarrar porque ya tenía amarilla) y finalmente cedió el balón a su compañero Fondarella para que el lateral lo cruzara ante Falcón y marcara el 1-2. Villafaina lo celebró con rabia en el banquillo visitante mientras Vegar no daba crédito a los dos golpes recibidos.

Pese a tener el marcador en contra, el Hércules no varió el guión del choque y siguió metiendo balones dentro del área, sobre todo por los costados, ya que Alejandro Alfaro tuvo muy poca participación entre líneas. En el 32', un centro de Moha fue cabeceado con peligro por Jona, pero Emilio volvió a exhibirse. En el 40, Pedro Inglés rechazó un servicio de nuevo desde la derecha y casi introdujo el balón en su propia portería. Segundos después, Pablo Íñiguez tuvo el 2-2 en boca de gol pero no remató certeramente y Borja conectó un zurdazo cruzado que se marchó por poco. Por último, en el 45', Alejandro Alfaro disparó dentro del área buscando el palo, pero su derechazo rechazó en el central Badal y el balón se marchó fuera por muy poco.

El descanso llegó con el Hércules volcado sobre el área del Orihuela pero el marcador no se movió para alivio de Villafaina, que sufría lo indecible viendo a su equipo achicar agua. En el arranque del segundo acto el partido pudo cambiar si el colegiado catalán Calderiña Pavón hubiera decretado penalti por unas manos dentro del área del Orihuela muy protestadas por los blanquiazules y su banquillo.

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El cuadro escorpión junto aún más las líneas y lo fio todo a su buen trabajo defensivo, a la espera de poder hacer daño en una contra. En el 60' disfrutó de una gran ocasión tras el enésimo avance de Chechu por la izquierda. Avanzó metros con el balón pegado al pie y lo cedió al corazón del área, donde José Carlos, llegando desde atrás, remató de primeras y el balón se fue fuera rozando el palo.

Vegar intentó revitalizar el ataque dando entrada a Jesús Alfaro, Carlos Martínez y Benja, pero el Hércules no encontraba resquicios en la tupida zaga oriolana. Benito levantaba la cabeza con insistencia, pero ni Borja ni Jesús Alfaro aportaban desequilibrio y los minutos caían como losas, al tiempo que el desánimo cundía en la grada. En el 75', Jesús Alfaro probó a Emilio con un disparo potente pero demasiado centrado y, en el 79', Carlos Martínez sirvió desde la dedrecha un balón de oro al borde del área pequeña al que no llegaron Benja ni Jona para desesperación del personal.

La posesión era del Hércules pero las ocasiones de gol brillaban por su ausencia. El Orihuela remató la faena en el 85' cuando Pitu recogió un balón largo y le ganó en el mano a mano a Samuel para batir después desde cerca a Falcón con un derechazo a quemarropa.

El 1-3 terminó de incendiar a la grada, que empezó a entonar cánticos contra Portillo mientras la mayoría optó por desfilar hacia casa con una nueva humillación a cuestas. Nunca el Hércules en Segunda B había arrancado la Liga con un punto de 15 y el nuevo entrenador Jesús Muñoz tiene un extraordinario reto por delante: levantar a un equipo literalmente muerto.

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