El Ayuntamiento de Guardamar acaba de iniciar las obras de dragado del cauce nuevo de la desembocadura del río Segura cuyo aterramiento y falta de profundidad tiene paralizadas las actividades pesqueras y deportivas desde hace semanas. En la primera intervención se está realizando el movimiento de tierras para la creación de un depósito de sedimentos donde serán vertidas las arenas extraídas del Segura, según una nota de prensa del equipo de gobierno. El lugar del vertido es una parcela municipal que se encuentra a escasos metros del puerto.

Es el primer paso para hacer de nuevo navegable el cauce y recuperar su calado para que puedan circular las embarcaciones pesqueras y turísticas. En una semana comenzará el dragado en sí con la llegada de una pontona flotante y una retroexcavadora que «se situarán en el río, y sacarán los sedimentos que serán depositados en camiones y vertidos a continuación en el cercano depósito en construcción», según indicaron fuentes municipales en un comunicado. Aunque el plazo de ejecución de las obras está calculado en tres meses «vamos hacer todo lo posible para que los plazos sean menores y que los sectores económicos que operan en la zona de la desembocadura vuelvan a la normalidad», según el equipo de gobierno.

El dragado prevé extraer unos 30.000 metros cúbicos de sedimentos acumulados por aportes arenosos del oleaje, de las mareas marítimas y del Segura. En estos momentos el calado de poco más de un metro cuando lo habitual es que sea de entre 3 y 3,5.

El coste de la operación es de 300.000 euros sufragados por el Ayuntamiento necesarios para realizar el dragado con carácter de urgencia y conseguir un calado suficiente para la navegación.La nota municipal no indica qué empresa se ha adjudicado el contrato -algo que no aparece tampoco en el perfil de Contratación del Estado-, dado el carácter urgente de la tramitación. La misma información tampoco concreta los procedimientos de autorización ambiental de la Generalitat: la desembocadura forma parte de un espacio protegido y los lodos extraídos requieren de un tratamiento especial, dado que estos sedimentos no siempre presentan las mejores condiciones ambientales.