Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) considera que la Generalitat Valenciana debería «frenar en seco cualquier intento de reflotar el proyecto Dolores Golf». Miguel Ángel Pavón, portavoz de la asociación, recordó que la zona en la que se aprobó el proyecto en 2009 fue una de las más afectadas por las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Segura y los azarbes a causa de la DANA de septiembre y calificó de «barbaridad» que se intente rescatar el proyecto. AHSA va a dirigirse a la Generalitat para pedir que impida el desarrollo por su «gravísimo» impacto ambiental sobre zonas protegidas como humedales y la huerta tradicional.

Pavón lamentó que este proyecto se primara «el beneficio de los intereses económicos particulares» sobre los ambientales. Además, en cualquier caso, habría que analizar si se adapta a la actual legislación urbanística de la LOTUP, dado que el plan se aprobó provisionalmente en el año 2005, con criterios de sostenibilidad sometidos al interés de los promotores.

El colectivo ya alertó en 2010, en su alegación a la aprobación definitiva del plan por parte la Generalitat, que toda la zona presentaba un gran riesgo de inundación. Algo que se confirmó con la DANA de septiembre, donde las aguas cubrieron algunas zonas previstas a urbanizar durante más de un mes. El Consell desestimó el recurso de alzada en aquel momento, basándose, sobre todo, en informes municipales de tramitación del proyecto.

Administración que vendió públicamente el plan como uno de sus principales logros de gestión, tras recibir 1,8 millones de euros en depósito de la urbanizadora, que el Ayuntamiento debe ahora devolver en 2020 por sentencia judicial al no desarrollarse el proyecto.

INFORMACIÓN avanzó que los 200 propietarios de un millón seiscientos mil metros cuadrados sobre los que se ubica el ámbito del plan -con la previsión de construcción de 2.500 casas y un campo de golf de 18 hoyos sobre 600.000 metros cuadrados- se han constituido en Agrupación de Interés Urbanístico para intentar sacar adelante el plan, una década después de que la crisis inmobiliaria hiciera que la empresa que tramitó el plan y la reclasificación -San José Inversiones- no pudiera hacer frente las obras de urbanización y la segunda empresa en liza - San Antonio- también entrara en concurso de acreedores.

Pavón recuerda que se han sucedido cambios legales muy relevantes desde entonces y considera una «barbaridad» que se quiera recuperar un proyecto que supondría la urbanización de una superficie superior a la actual del casco urbano de Dolores, en el límite de del parque natural del Hondo y la zona protegida de los Carrizales, con afecciones en otros municipios, en especial Elche.

Una urbanización más grande que el propio casco urbano en contradicción con toda la legislación que desde hace una década prohíbe este tipo de crecimientos aislados y dispersos que lastran ahora a muchos municipios turísticos por el coste que tienen para las administraciones locales cubrir sus necesidades de servicios básicos y por la falta de conexión de la ciudad con sus residenciales. Y que en el caso de Dolores incrementarían el impacto de las inundaciones y el deterioro de la huerta.

Además la Confederación Hidrográfica del Segura se mostró en contra del desarrollo porque no se garantizaba el abastecimiento de recursos hídricos. Negativa que no se tuvo en cuenta en la aprobación definitiva. Sin embargo, el gobierno socialista actual sí está a favor de que se recupere el proyecto y asegura que la reclasificación del suelo está en vigor sin necesidad de más cambios.

Un paraje junto a suelo protegido libre de casas ilegales

Un paraje junto a suelo protegido libre de casas ilegalesEl terreno escogido para este desarrollo está ubicado en un triángulo formado por la vereda de Sobreviñas al sur, la carretera CV-855 al este, el azarbe de La Pineda al norte, que hace de límite con el término municipal de Elche y la propia laguna del Hondo en su extremo noroeste. Un aspecto llamativo sobre el estado actual de estos terrenos es que apenas cuentan con edificaciones ilegales. El resto de la superficie agrícola de la huerta de Dolores está cuajada de casas ilegales. En esta zona de bancales de Sobreviñas y Cuadra Nueva no existen. En otros enclaves de la huerta los regantes sí han vendido sus tahúllas para la construcción de cientos de viviendas que siguen fuera de ordenación y que han generado un impacto ambiental irreversible sobre la huerta tradicional sin apenas ejecución de demoliciones.