Desafortunadamente las artes de pesca en el Bajo Segura se utilizan solo para recoger contaminantes. Y deben ser de un tipo especial para soportar miles de kilos de envases de plástico. El tramo del río Segura a su paso por Orihuela contará con tres de estos dispositivos de retención de plásticos flotantes.

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) quiere reponer el que fue arrastrado a la altura de los «tubos» del Trasvase en Hurchillo por la DANA de septiembre de 2019. El Ayuntamiento de Orihuela tiene previsto sufragar un nuevo dispositivo a la entrada del cauce urbano en Orihuela, en el tramo situado junto a Ociopía. Por último, la administración local oriolana tiene previsto que la empresa concesionaria del suministro de agua en el término municipal, Hidraqua, ubique otra de estas redes especiales en el azud de Orihuela, justo en el centro de la ciudad. Justo en este azud se derivan, a través de varias tomas, buena parte de los caudales que riegan la huerta de la Vega Baja. Según apuntó ayer el concejal de Medio Ambiente y Aseo Urbano, Dámaso Aparicio (PP) en estos momentos se están valorando distintas alternativas de retención de estos contaminantes. Desde los ya utilizados en algunas zonas del río, con unas cadenas fijadas a ambos extremos de la ribera a redes de manejo más flexible y que permitirían retirar los envases sin realizar apenas obras en el cauce. Aparicio indicó ayer que para llevar a cabo esta actuación el caudal del Segura tiene que reducirse a un nivel que permita intervenir en el cauce. Algo que ocurrirá en los meses estivales.

La preocupación de la CHS, los regantes, las administraciones locales y la Generalitat ante las imágenes de toneladas de basuras, en especial envases y botellas de plástico, acumuladas en el tramo final del cauce viejo en Guardamar -en el único dispositivo de envergadura y automático para retener y retirar plásticos que existe en el río-. En un momento en el que la sensibilización a nivel global por las consecuencias de la contaminación del mar por el plástico comenzó a ser muy relevante no solo desde el ámbito ecologista, también en el político: Greenpeace ilustra una de sus campañas contra el microplástico en el mar con las imágenes del río Segura en su tramo final de Guardamar. Hasta mediados de 2018 la CHS multaba a los regantes por la presencia de estos contaminantes en acequias y azarbes, pese a que la mayor parte de esos cauces figuran como parte del dominio público hidráulico. Los sindicatos y juzgados de riego de la comarca tienen la responsabilidad de mantener limpios esas canalizaciones -algo que por otra parte forma parte de la correcta gestión de los caudales para que lleguen a todas las tahullas-.

Greenpeace

La Confederación responsabilizó a los agricultores tradicionales porque las acequias desembocan en el cauce viejo en Guardamar del Segura, y el nuevo se veía despejado de contaminantes. Sin embargo, cada vez que el río sufre una crecida toneladas de residuos terminan en el mar a través del cauce nuevo. La Generalitat logró suspender la imposición de sanciones -también anuladas en algunos casos en los juzgados por los regantes- y comenzar a trabajar con la CHS, ayuntamientos y regantes en la búsqueda de soluciones coordinadas. Mientras que la CHS se comprometió a instalar nuevas rejillas, los regantes, que ya abonan un canon por el mantenimiento del río y los azarbes a la CHS, pidieron asesoramiento técnico para comenzar a ubicar las suyas. El otro gran pilar de esta estrategia es comprometer a los municipios en reforzar la recogida de residuos ubicando contenedores junto a las acequias. La DANA de septiembre paralizó estos trabajos. Todo ha quedado en segundo plano frente a la reconstrucción de las infraestructuras.

Los vecinos y no los regantes son los que vierten contaminantes al río, según un estudio de la UMH

El Ayuntamiento de Orihuela sacará a concurso un contrato anual para recoger los envases de la red de riego tradicional

La Generalitat Valenciana encargó a la Universidad Miguel Hernández un estudio técnico para esclarecer cuál es el flujo de los flotantes a lo largo del cauce del Segura y a través de compleja red de acequias y azarbes. Esa investigación probó que una parte importante de los residuos eran arrojados por los vecinos que residen en los diseminados por e que cruzan los canales de riego y no por los regantes tradicionales. Barrios que, en su mayor parte, carecen de puntos de recogida de plásticos. Los regantes insisten en que otra parte importante de los flotantes llega a través del propio río, aguas arriba de Orihuela, desde Murcia.

El Ayuntamiento de Orihuela tiene previsto adjudicar un contrato anual específico para recoger los envases de plástico y botellas a lo largo de la red de riego tradicional. La idea es reutilizar contenedores retirados en el casco urbano y ubicarlos en los puntos en los que los agricultores utilizan productos fertilizantes. Según el concejal de Aseo Urbano y Medio Ambiente, Dámaso Aparicio esta iniciativa supondría un contrato al margen de la prestación municipalizada de la recogida de basuras porque se trata de un servicio muy concreto y con una periodicidad distinta.

La presencia de más contenedores ayudará a que una parte de los residuos no termine en las acequias. La iniciativa oriolana va en consonancia con lo que la Generalitat y la CHS han pedido a los ayuntamientos como responsables de la eliminación de basuras. Ayuntamientos reacios a asumir esta variante de la recogida porque el gasto en aseo público y eliminación de residuos es la principal de sus presupuestos anuales y además exigen nuevas contrataciones o modificar al alza las actuales.