Entre casas en ruinas y escombros, la arena se abre paso en uno de los espacios libres en los que hace años había una edificación en la playa de Babilonia de Guardamar del Segura. Como si de un espejismo o un oasis se tratara, impresionantes playas de arena se han creado en esos huecos dejados por las casas que se han derribado. Muchas otras están en una pésima situación debido al embate de las olas y a los temporales que han hecho mella en estas viviendas levantadas en los años 30 del pasado siglo y que el gobierno de entonces mandó construir. Las casas actuarían así de muro de contención, como parte del plan que el Ingeniero Mira, 30 años antes, había ideado para evitar el avance de las dunas con la plantación de la pinada, que se extiende frente a estas casas.

Babilonia siempre ha sido un lugar idílico. Cuando se construyeron las casas unifamiliares la orilla del mar quedaba bastante lejos. De hecho, delante tenían una acera que servía de paseo y de la que ya solo queda el recuerdo en su mayor tramo. Una playa de fina arena que se extiende ahora también en las zonas donde las edificaciones han ido desapareciendo. Sin embargo, no se puede disfrutar de ese paraíso. Unas vallas impiden el paso a esa playa que ha ganado terreno. La acera y parte del asfalto de la carretera también ha sucumbido al embate del mar y a los temporales, los últimos los de la DANA de septiembre y la borrasca Gloria.

Las olas, en los temporales, chocan contra las casas para desconsuelo del centenar de familias propietarias, que luchan en los tribunales por mantener en pie, y con concesión (que venció en junio de 2018), sus viviendas, que el Estado ha decidido no prorrogar dejándolas a merced de las olas en lo que llaman «alcanzar el equilibrio», que no es otra cosa que permitir la evolución natural de la playa y que desaparezcan las edificaciones, basándose en un informe técnico del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX). Algo a lo que los propietarios no están dispuestos y por ello han emprendido una batalla judicial. Los vecinos reclaman a Costas que permita la reparación de las casas, sin modificar los volúmenes y que se recuperen las aceras y accesos a las viviendas.

Espaldarazo judicial

El pasado mes de diciembre, los propietarios de las casas de Babilonia, agrupados en una asociación vecinal, recibieron un importante espaldarazo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), que resolvía a favor de las familias y en contra de las actuaciones del Ayuntamiento de Guardamar (gobernado por el socialista José Luis Sáez) por el cerramiento de la playa en el año 2015. El vallado y señalización lo llevó a cabo la entonces edil de Playas, y ahora senadora del PSOE, Ana Martínez. Pero esto es solo una pequeña batalla ganada por los vecinos de Babilonia, a los que el alto tribunal les respalda su derecho a ser escuchados, algo que no se hizo con el cierre de la playa que, incluso, impedía el acceso a las viviendas en más de la mitad de la playa, que cuenta con algo más de un kilómetro de extensión. A pesar de la medida adoptada en 2015, las administraciones nada han hecho para que la situación mejore.

Conforme los embates de los temporales marítimos van destruyendo las viviendas, algunas incluso ya sin paredes, la arena va ganando terreno y el mar recuperando su espacio. Las preciosas «playas» creadas comparten protagonismo con rocas y escombros se mire donde se mire.

Las viviendas, más de cien, tienen solicitada desde enero de 2018 ante la dirección territorial de Costas la prórroga a sus concesiones. La modificación de la ley de Costas de 2013 permite que todas las viviendas en dominio público con concesión previa a 1988 se prorroguen durante sesenta años más, desde enero de 2018. Cientos de propietarios en otras zonas han logrado así la prórroga. Es el caso del edificio Luz Mar de Torrevieja, una mole de hormigón de siete alturas, construida en los años 70 sobre la cala de Los Trabajadores, en pleno dominio público, que recibió esta prórroga por 30 años más, ampliable a otros treinta. De no conseguirlo, el mar seguirá comiendo terreno y formando esos paraísos en forma de playa, entre escombros.

Los vecinos culpan al espigón de la regresión del arenal

Los vecinos de playa Babilonia llevan años quejándose de la regresión de la playa. Tienen un culpable, aunque las autoridades no les hacen caso. Señalan al espigón construido en la desembocadura del río Segura con las obras contra inundaciones en los años 90 y que se concibió, según diversos estudios a los que alude siempre la asociación vecinal, al revés. Su construcción (sin declaración de impacto ambiental), impide la llegada de sedimentos ya que ha cambiado la entrada natural de aportes de arena. El puerto, por cierto, no tiene el calado suficiente. Una sentencia del TSJCV desestimó las denuncias de los vecinos contra Costas.