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Los ecologistas piden al Consell proteger la huerta tradicional de los proyectos de plantas solares

AHSA alega contra la primera propuesta en Callosa por afectar al paisaje de relevancia regional y estar en zona inundable

Aspecto de la vega y huerta tradicional de Callosa en una imagen captada junto a la sierra. Tony Sevilla

El visto bueno al proyecto de planta solar en la huerta tradicional de Callosa de Segura «puede abrir la puerta» a una ocupación sin limitaciones con este tipo de instalaciones en un territorio protegido como paisaje de relevancia regional en la legislación autonómica. Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) ha alegado contra la propuesta de planta solar propuesta por la cooperativa eléctrica de Callosa sobre 54.000 metros cuadrados de huerta tradicional porque se plantean sobre un suelo con gran valor agrícola y paisajístico, además de ser terrenos inundables, según el Patricova.

Para el portavoz de AHSA, Miguel Ángel Pavón, autorizar esta instalación sentaría «un peligroso precedente» que podría llevar a que gran parte de la huerta tradicional «terminara convertida en una instalación industrial» de producción de energía «al ser más rentable destinar los terrenos a este tipo de instalaciones que a su cultivo agrícola»

El de Callosa de Segura, como avanzó este diario, es el primer proyecto de planta solar no solo en la huerta tradicional, también en toda la Vega Baja. Nace con el impulso de las mejoras tecnológicas que hacen más rentables este tipo de instalaciones para espacios más reducidos, y la relajación de la normativa urbanística a la hora de autorizarlos. Los promotores de la iniciativa se han acogido a un cambio legal que permite tramitar plantas solares en suelo no urbanizable agrícola sin necesidad de obtener una declaración de interés comunitario (DIC) en el caso de propuestas con una superficie limitada, lo que para Pavón, deja este proyecto y los que se puedan presentar en el futuro en una especie de limbo legal en el caso de que se presenten sobre un territorio clasificado como no urbanizable, agrícola y que al mismo tiempo que aparece como protegido en la legislación autonómica, aunque de forma muy genérica, como «paisaje de relevancia regional» desde 2011. «Esos terrenos de huerta tradicional forman parte del paisaje de relevancia regional vinculado a las huertas y vegas de la Comunidad Valenciana», indican las alegaciones de los conservacionistas y de las que ya tiene constancia la Conselleria de Industria. Terrenos «de gran valor agrícola y paisajístico en los que también concurren valores ambientales» y con un riesgo de inundación elevado -80 centímetros de calado-. Algo que se resuelve en el proyecto con la sobreelevación de la rasante en 80 centímetros. AHSA considera que hay «alternativas» como su «ubicación sobre cubiertas de construcciones existentes», ya sean viviendas, naves industriales o edificaciones de (actividades) terciarias». AHSA matiza que se muestra partidaria de «aumentar la potencia instalada de energía solar para luchar contra el cambio climático» pero para el caso de la huerta en esas superficies de cubiertas de edificaciones.

Tajante

A juicio de AHSA la Generalitat debería excluir «de forma tajante» parques solares sobre suelo cultivable de la huerta tradicional, promoviendo el mantenimiento de su uso tradicional y autorizarlas «es incoherente con la estrategia autonómica de protección de los paisajes de relevancia regional».

Según recoge la solicitud de la cooperativa ante la Conselleria de Industria la propuesta no requiere, por sus dimensiones y características -al «no ubicarse cerca o dentro de suelos protegidos ambientalmente»- de evaluación ambiental por parte de la Generalitat, ni de la evaluación ambiental simplificada del Ayuntamiento.

Pavón cree que el Plan de Acción Territorial de la Generalitat para la Vega Baja -que tardará años en aprobarse- debería dejar claro qué usos puede acoger la huerta y lamenta que las iniciativas empresariales para plantas solares se presenten ahora, con el impulso de la mejora de las rentabilidades y la tecnología solar, sin que la administración haya definido un plan concreto a nivel autonómico en el que se que se concrete dónde se pueden ubicar.

Iniciativa de una cooperativa que se abre paso entre las eléctricas

La planta solar de Callosa es una iniciativa de una empresa local que dotaría de energía a quinientos hogares

La propuesta de planta solar en la huerta no viene de la mano de ninguna multinacional eléctrica, ni de una empresa especializada en el sector solar. Es un proyecto de la cooperativa eléctrica de Callosa de Segura contempla una inversión de 2,5 millones de euros para desarrollar una instalación solar fotovoltaica en una parcela de 54.000 metros cuadrados situada en la huerta tradicional del municipal.

La idea de la histórica cooperativa es poder contar por primera vez con una fuente energía propia al margen de la que adquiere en el mercado para sus asociados. La instalación está concebida como un sistema fotovoltaico con montaje en suelo sobre estructura fija en el que se instalarán 7.616 módulos fotovoltaicos. Es una planta solar con capacidad para generar 2,5 megavatios. Con una producción anual, según el proyecto, de 5.088.000 kWh/ año y para una estimación de consumo medio 9.922 kWh por vivienda, la estimación es que sea capaz de abastecer en torno a quinientos hogares. Es un huerto solar pequeño, considerando la entidad de otros grandes proyectos que se están desarrollando en el resto de la provincia en estos momentos, como la planta solar de Xixona.

Los terrenos escogidos están en el paraje de Lo Benemira. Una parcela de 54.000 metros cuadrados, aunque las instalaciones del campo solar ocuparán en torno a 13.000 metros cuadrados y los viales otros 2.000. Es una finca de suelo rústico agrícola, cerca de la carretera CV-913 -que une Callosa con varias zonas rurales y Catral-. El diseño y características de la planta, planteada por una firma de la cooperativa eléctrica local, de gran arraigo en la ciudad, se encuentran en estos momentos sometidos a información pública para lograr autorización administrativa y la aprobación del proyecto por parte de los servicios territoriales de la Conselleria de Industria. La promotora, una cooperativa referencia en el sector con 80 años de historia, comercializa y suministra energía a 6.800 viviendas, industrias y comercios del término municipal. Para ello cuenta con su propia red de 27 kilómetros de líneas de alta tensión y 100 de baja tensión. Es un caso singular, junto a otras cooperativas cercanas, que a través de sus socios-consumidores han logrado sobrevivir a la competencia de grandes empresas energéticas. Compra la energía en el mercado global y con esta iniciativa del campo solar pretende diversificar sus operaciones: ahora también será generadora de energía.

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