Es una de las escenas más llamativas del paisaje urbano que deja la pandemia del coronavirus a lo largo y ancho de los municipios de la provincia de Alicante. Calles y plazas desiertas, sin peatones ni vehículos y de repente... una obra en construcción y en plena actividad. La construcción, vital para la economía de la provincia, es una de las actividades autorizadas durante el periodo de cuarentena que vive el país y que no se ha paralizado en los últimos días. Algo que es especialmente visible en las amplias zonas de construcción de nueva vivienda residencial en muchos puntos del litoral de la provincia, así como en Alicante y Elche.

Pero también en pequeñas obras de reforma en el centro de las ciudades, planificadas de cara a la Semana Santa y verano en locales de hostelería y comercio y donde, como este medio ha podido comprobar, las medidas de seguridad que pueden adoptar los trabajadores brillan por su ausencia.

Jesualdo Ros, secretario de la asociación de promotores inmobiliarios de la provincia (Provia), confirma que la mayor parte de las obras siguen en marcha. El lunes se produjeron «algunos malentendidos» porque Policía Local y Guardia Civil entendían que este tipo de actividad no estaba autorizada, o porque se incumplían los requisitos mínimos de protección, y llegaron a paralizar las obras en una interpretación errónea del contenido del estado de alarma.

El Colegio de Arquitectos de Alicante, sin embargo, apunta a unas directrices más restrictivas en las que validar la actividad de obras que estén por finalizar, mientras afirma que se deberían paralizar las que estén en su fase inicial o sean más peligrosas de cara a un contagio por estar ubicadas en zonas con más población o con necesidad de muchos operarios para trabajar.

Además, Provia ha tenido que clarificar con la Subdelegación del Gobierno los criterios de transporte de los trabajadores en las furgonetas, garantizando la medida de separación de un metro en los vehículos, según las mismas fuentes.

Otra de las dificultades que intentan salvarse en el día a día es el suministro de materiales y logística necesaria para mantener la actividad, ya que según Ros algunas empresas auxiliares se encuentran con dificultades para contar con stock suficiente para abastecer los pedidos, mientras que otras, directamente, han cerrado sus puertas para proteger a sus empleados. Al sector le preocupa ahora también la paralización casi total de los servicios de tramitación urbanística de los ayuntamientos, que en algunos casos ha rebajado la plantilla en los departamentos de Urbanismo a la mínima expresión.

Algunas formaciones políticas, como Cambiemos en Orihuela, han cuestionado duramente la autorización del Estado de permitir la continuidad de la actividad de la construcción. Algo que también se está trasladando a la ciudadanía a través de las redes sociales, en especial por considerar que se está exponiendo a gran cantidad de población para un sector que no se considera esencial, al menos, en obra privada.

Un buen ejemplo de lo que supone la actividad de la construcción privada es el desarrollo del Sector 4 de Benijófar, un municipio de apenas 4.000 vecinos de la Vega Baja. De los 4 millones de euros de su presupuesto más 470.000 se sufragaron en 2019 con impuestos ligados a la concesión de licencias de ese sector de 400.000 m2 (el 10% del término), que mira a la huerta tradicional. Su alcalde, Luis Rodríguez (PP) aclara que esta semana «hay algo menos de actividad, pero se mantiene».

El Colegio de Arquitectos subraya que las obras que supongan riesgo deben parar

El Colegio de Arquitectos subraya que las obras que supongan riesgo deben pararLos criterios para continuar un proyecto o bloquearlo no son únicos y dependerán del coordinador de seguridad

El Colegio Provincial de Arquitectos de Alicante, que ha recibido instrucciones del consejo superior de estas entidades en España con una serie de indicaciones de funcionamiento ante la situación creada por el Covid-19, explicó ayer a través de su presidente, Juan María Boix, que será el coordinador de salud y seguridad laboral el que decida lo que hacer en cada obra de construcción. No hay un criterio único. Se permitirá finalizar aquellas que estén en su fase final y con pocos trabajadores, tomándose las medidas de precaución adecuadas, y se paralizarán las que estén en sus primeras fases o sean más peligrosas de cara a un contagio por estar ubicadas en zonas con más población o con muchos operarios. La instrucción, enviada también al Colegio de Aparejadores, insta a prestar de forma telemática y no presencial las funciones del visado colegial, y de registro de solicitudes y documentos para evitar contagios.

En la página web de la entidad se informará de los pasos a dar. El resto de actividades y servicios que no sean las funciones públicas referidas quedan suspendidas de forma presencial y física de 15 días.

Por otra parte, esa imagen de obras en marcha también se da en la edificación de carácter público, como la construcción de colegios o, por ejemplo, en el caso de la Vega Baja, con el despliegue de reconstrucción y reparación urgente de tramos del río Segura tras la DANA de septiembre. O las obras de mejora de evacuación aguas pluviales en Torrevieja en la avenida de las Cortes Valencianas.