No hace mucho dije que la ciudadanía -aunque con contadas excepciones- está dando una lección a nuestros desgobernantes. Hace un tiempo, esos desgobernantes decidieron -de cara al respetable/tendido- arremangarse para remar en la misma dirección -¡a buenas horas mangas verdes!-, aunque a unos les ha costado más que a otros reconocer los errores cometidos en la gestión de la pandemia, pero no han pedido perdón por la tardanza en reaccionar contra el bicho ni por los muertos. ¡Y todo, creo, por los egos personales! Casi nunca estoy de acuerdo con lo que hacen o dicen nuestros desgobernantes -por no decir nunca, ya que ¡perro viejo no aprende gracias nuevas!-. Algunos hablan para escucharse o para regalar la oreja a una concurrencia que, muchas veces, parece más una manada de elefantes en una cacharrería que ciudadanos con dos dedos de frente. ¡Los que nos desgobiernan, desgobiernan para todos, incluso para los de su cuerda!¡Y los que han caído por el bicho -y los que lamentablemente caerán- son tanto tirios como troyanos! Sin embargo, me llamó la atención una de las "pajas mentales" que suelen hacerse nuestros políticos, esos que no tienen visión de Estado, ni los unos, ni los otros, y sino que se lo pregunten a Pablo Casado, que "no apoyó el último alargue del estado de alarma". No me acuerdo quien dijo que "en la gestión de la pandemia están primado más los intereses de partido que los de los ciudadanos". ¡Al loro PP, que te la juegas otra vez! ¡Chaval, primero la salud, luego la política! ¡Tiempo habrá para "desescalar" la particular batalla contra el demonio emplumao!.

¡Gracias, Paco -Franco- por poner en marcha la Seguridad Social, porque si la hubieran tenido que pergeñar quienes nos desgobiernan también habrían llegado tarde, aunque, eso sí, se pondrían en primera fila para recibir la medalla y salir en la foto! ¡El español es así! La inmensa mayoría de "los compatriotas" -como le gusta llamarnos a Pedrito I de Tetuán- lo estamos pasando mal. Bueno todos no, porque hay quien nos restregó por los morros -sin rubor y en sede parlamentaria- que "tiene jardín en su casa" y que "sus hijos lo llevan mejor". ¡Y eso que aseguró que nunca dejaría su piso en Vallecas! ¡Pues no sólo lo ha dejao, sino que, además, "tiene guardia pretoriana en el casoplón" -una pareja de la Guardia Civil las 24 horas del día-, aunque, en su día, puso a parir a la Benemérita, a la que llamó "institución burguesa, que protege los intereses de la clase dominante". ¿Has dicho clase dominante? Parafraseemos a Gustavo Adolfo Bécquer: "¿Qué es casta?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es casta? ¿Y tú me los preguntas?. Casta eres tú". ¡Ay, Pablete, has hecho bueno lo de "ande yo caliente y ríase la gente"! La gente no se ríe, pero a ti -que sales en la tele en plan modosito espetándole a "tu tocayo" Casado que "parece estar peleándose con Vox para ver quien le dice la barbaridad más grande/gorda al Gobierno", cuando tú, a Rajoy, "no decías barbaridades sino perrerías"- te la pone como los badajos de las campanas de la catedral de Orihuela, "pendulona".

¡Mira, buen mozo!. Hacerlo bien es lo que hizo mi paisano y amigo Enrique Riquelme, que donó mogollón de material sanitario a los hospitales de la Vega Baja. ¡Y lo hizo callaico, sin tirarse el moco, ni ponerse medallas!. Conociendo a Enrique "imagino la saliva que tuvo que tragar pa echarse una foto, y más sabiendo que era pa salir en el periódico". Mira, hacer las cosas bien es sentarse -por videoconferencia/telemáticamente- con empresarios de Torrevieja y Orihuela -y la Cámara de Comercio- para pergeñar un plan con el que reactivar la economía "vegabajera" cuando se levante el confinamiento y se vuelva a "la nueva normalidad", como hicieron Eduardo Dolón y Cómodo, sin mirar colores y sí el interés del pueblo. Y lo hicieron con tiempo, no como vosotros, que, primero, estabais peleaos -por figurar- y, luego, llegasteis tarde y mal. Ahora andáis a la gresca para ver quién se apunta el tanto de "los nuevos pactos de la Moncloa", cuando no tienen nada que ver con aquellos. ¡Los hombres se visten por los pies, pero vosotros -Pedro/Pablo- parecéis escoceses/irlandeses y vestís el "kilt"; a saber, falda. ¡Pues hasta para eso, para vestir de esa guisa -falda-, hay que tener clase y vosotros no la tenéis!. Ni clase, ni humildad; qué cojones!. ¡William Wallace -como el saxofonista de Joaquín Sabina- vestía el kilt con orgullo/hidalguía, pero vosotros no sabéis qué es eso! ¿En qué fase estamos?. Ahora que se puede salir, ¿puedo encargar -pa llevar, claro- una fidegüá o "lollitos de plimavela" de ca Mei?