El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, ha decidido suprimir por decreto las dos playas caninas autorizadas por el Ayuntamiento de Torrevieja durante el anterior mandato y limitar la posibilidad del baño de mascotas a la Cala del Rocío, un pequeño tramo de costa rocoso del sur del litoral torrejense de apenas 1.670 metros cuadrados, situado entre Cala Ferrís y Rocío del Mar.

El edicto se ha publicado hoy en el Boletín Oficial de la Provincia, está firmado por el director general de Urbanismo, Víctor Costa Mazón, el 28 de mayo y hace referencia a un decreto del 21 de abril del propio alcalde y que el equipo de gobierno del Partido Popular no ha hecho público.

El primer edil no ha dado cuenta de su decisión ni a la junta de portavoces ni a través del gabinete de prensa. Su decreto deja sin efecto el rubricado por el entonces alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes), firmado en julio de 2018 para declarar zonas áreas caninas la Cala del Moro o Mal Paso y Punta Margallo.

El texto del decreto está firmado por el director general de Urbanismo, Proyectos e Infraestructuras, un arquitecto funcionario del Ayuntamiento, fichado por el primer edil en febrero para agilizar trámites sin depender de la jefatura de Urbanismo, Medio Ambiente y Obras y Servicios.

La resolución indica que existe posibilidad de interponer un recurso de reposición ante la Alcaldía en un plazo de un mes desde la publicación.

Al anterior equipo de gobierno de izquierdas en minoría le costó casi tres años de debate y desencuentros con la oposición y los vecinos decidir que las playas caninas se ubicaran en la Cala del Moro y Punta Margalla, aunque esas ubicaciones se decidieron con informes técnicos previos.

El gobierno decidió esos emplazamientos de "forma provisional" hasta que se pudiera realizar una consulta popular -un procedimiento no regulado en el Ayuntamiento de Torrevieja-.

Fue el PP el que reclamó en el anterior mandato negociación, consenso y una consulta a los vecinos para decidir estos emplazamientos.

Con esta decisión el Ayuntamiento cede a la presión de los vecinos de los dos enclaves. En Cala del Moro, donde los vecinos hacen casi un uso exclusivo del domino público, llegaron a plantear un contencioso administrativo que perdieron en primera instancia y se manifestaron. En punta Margalla, entre la playa del Cura y Los Locos, también se realizaron concentraciones a favor y en contra de la playa canina.

Las señalizaciones con las advertencias sobre el uso de las playas desaparecían a los pocos días de reponerse.

La resolución se limita a cancelar la disposición de las playas caninas y a indicar la ubicación de la nueva sin justificar la medida. Los vecinos de Rocío del Mar no han sido consultados. A la zona indicada, ubicada en el extremo sur del término municipal solo se puede acceder a pie a través de la urbanización Rocío del Mar o desde Mar Azul. Más de 14.000 vecinos reclamaron con su firma la puesta en marcha de playas caninas.