El turismo regresa a las salinas de Torrevieja tras un parón de más de casi seis meses provocado por las lluvias torrenciales de la borrasca Gloria y, después, la crisis sanitaria. Los trenes turísticos se han puesto en marcha este viernes desde su punto de partida en el paseo de La Libertad. El servicio operará de martes a domingo con tres trenes por la mañana - a las 10, 11:30 y 13 horas- y en horario de tarde a las 17:00, 18:30 y 20.00. Los precios se mantienen en esta temporada: 7,95 euros los adultos y 6,95 niños y jubilados.

Salins Ibérica tiene previsto modificar esta periodicidad en función de la acogida de la demanda en una temporada muy condicionada por la crisis sanitaria del covid. El uso de mascarilla es obligatorio.

La empresa, que cuenta con un acuerdo con la concesionaria de los trenes turísticos, informa de que se llevarán a cabo todas las medidas preventivas frente al covid -desinfección de trenes periódica y suministro de hidroalcohol, entre otras.

La excursión se prolonga durante aproximadamente una hora y cuarto. Durante el recorrido por las instalaciones salineras el vehículo muestra las montañas de sal, el proceso productivo, y una parte del patrimonio industrial de la explotación -como diversa maquinaria específica de las salinas de Torrevieja-. También se realiza una parada en el mirador construido como referencia de estas visitas turísticas con 8.000 toneladas de sal. El recorrido culmina con una parada en la pequeña tienda de recuerdos habilitada por la empresa en el acceso al recinto con venta de distintas sales, en especial la envasada en saleros con el logotipo de las salinas de Torrevieja y souvenirs realizados en artesanía salinera, como barcos de sal y grumos. También se ofrecen peluches y material promocional que utiliza la figura de un flamenco. Este año se ha instalado una expendedora de refrescos.

El tren turístico dejó de operar a principios de enero de este año cuando la previsión de la salinera era prolongarlo prácticamente a todo el año ante la gran acogida que ha tenido esta iniciativa desde su puesta en marcha a mediados de 2018 -en la campaña de 2019 contó con más de 40.000 visitas-. La borrasca Gloria en primer lugar, y después el confinamiento, paralizó la actividad, que en 2019 también obtuvo unos resultados muy positivos en temporada baja -con los grupos de los centros educativos- y en Semana Santa.

La salinera tuvo que enfrentarse además a la adecuación del itinerario que se utiliza para las visitas que ha estado bajo las aguas durante meses. El asfaltado de ese camino de servicio a raíz de la salida de la Vuelta Ciclista a España desde el complejo salinero en agosto de pasado ha facilitado esa recuperación. También ha tenido que reponer el popular mirador de sal -muy dañado por las lluvias-.

Lluvias, covid y flamencos

Está siendo un año muy especial para el complejo salinero por muchos motivos. Prácticamente la actividad de extracción de sal lleva también paralizada desde hace seis meses porque el aumento del nivel de la laguna por las lluvias ha impedido la producción habitual -todo el complejo está dimensionado para operar a un nivel de agua determinado que se ha superado ampliamente desde enero y durante varios meses-. Solo se mantiene de forma parcial en algunas zonas concretas de la laguna. Esa aportación de agua dulce y el confinamiento ha permitido, por otra parte, que por primera vez en décadas miles de parejas de flamencos hayan escogido la laguna de Torrevieja para nidificar y reproducirse. Han salido adelante casi novecientos pollos. El agua dulce ha provocado una eclosión de la artemia -que no sobrevive normalmente en las aguas hipersalinas de la laguna- y que es el principal alimento de los flamencos-. Es improbable que los visitantes tengan ocasión de contemplar a los flamencos - aunque todavía merodean por las orillas de la zona industrial están concentrados en una zona muy alejada del recorrido en el centro de la laguna-. Pero los guías turísticos sí tienen previsto recoger sobre el terreno artemia salina para mostrarla a los turistas como pilar de la reproducción insólita de la especie esta primavera en las lagunas, que son también parque natural.