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Un refugio equino en apuros

Las administraciones hacen uso de un centro privado de Rojales para rescatar caballos y burros maltratados, pero se desentienden de su mantenimiento

Sue y Rod Weeding, el matrimonio británico que gestiona las instalaciones, junto a unos caballos. tony sevilla

En mitad de la huerta de Rojales se encuentra Easy Horse Care Rescue Centre. Un refugio para equinos, víctimas de abusos y negligencias, que da asilo de por vida a animales rescatados. Aunque ellos mismos se autodefinan como «centro de rescate», realmente no lo es como tal, aunque las administraciones hagan uso de sus servicios como si fueran una más de sus instalaciones o la recogida municipal de animales. Cada vez que un caballo, burro o poni sufre maltrato, desnutrición o abandono y acuden las policías locales o la Guardia Civil a su incautación, llaman a Sue y Rod Weeding, un matrimonio de británicos que crearon este refugio en 2008. Sin poner impedimento, acuden a llevarse ese animal con problemas, aunque no tienen ningún acuerdo con administración local, autonómica o nacional alguna. Tras el traslado a sus instalaciones, las administraciones se despreocupan. El animal, seguramente, pase allí el resto de su vida y todos los gastos tanto de manutención como veterinarios correrán a cargo de este matrimonio amante de los equinos.

La mayoría llega con malformaciones o discapacidades, fruto de una vida de maltrato. «Compraron la finca de Rojales porque tenían tres caballos y querían tener un lugar grande donde pudieran correr, de un día para otro empezaron a recibir animales víctimas de maltratos y, después, tanto las policías locales como la Guardia Civil, les llamaban para recoger más, y ahora son ya 130 los animales que hay en las instalaciones, lo que supone un gasto de unos 300.000 euros al año», explica Ginés Sánchez, asesor fiscal de Rod, de 78 años, y de Sue, de 74. Una cantidad de dinero abultada que pone en peligro la continuidad de este centro. «En estos 12 años Sue y Rod han tenido que vender seis propiedades suyas para poder mantener el refugio», señala Sánchez. Gracias a un grupo de voluntarios es posible la limpieza y cuidado del más del centenar de equinos de la finca.

Ayuntamientos alicantinos e, incluso, murcianos, hacen uso de este centro, el único de estas características en el sureste, cada vez que hay que rescatar a un caballo, a un poni, a un burro o a una mula. «Llaman a la hora que sea y entonces se trasladan los responsables del centro al lugar con el vehículo y se llevan al animal, sin recibir contraprestación por el servicio realizado», explica el asesor fiscal de Rod y Sue. «Nunca dicen que no, pero ahora el centro tiene 130 animales y cuesta mucho dinero mantenerlos».

La fundación Easy Horse Care solo recibe una subvención de 6.000 euros del Ayuntamiento de Rojales, municipio en el que se encuentran las instalaciones. «Es el único que nos ayuda, el resto se ha desentendido, he enviado numerosos escritos y he hablado tanto con ayuntamientos como con Vicente Marzá, subdirector general de la Conselleria de Agricultura», reconoce Sánchez, pero sin resultado. «Cada vez que la policía local de un municipio nos llama para llevarnos un animal, mando un escrito al ayuntamiento para informarle del servicio prestado y solicitarle que pague su mantenimiento, pero todos hacen oídos sordos», lamenta Sánchez. «Los policías locales o el Seprona solo buscan el bienestar de esos animales, por eso nos llaman a nosotros, pero las administraciones sí se deberían ocupar del coste que supone tener esos equinos aquí», apostilla.

5.583 euros semanales

Cha Jean, voluntaria y encargada de las redes sociales del refugio, ha hecho balance del coste anual que supone el cuidado de los 130 equinos que hay en el centro. «Son 5.583 euros de gasto a la semana», indica. Entre comida, herrador, veterinarios, tratamientos, cuidado dental, medicamentos, desparasitación y mantenimiento de las instalaciones, el matrimonio británico desembolsa unos 270.000 euros al año. Dinero que sacan de su patrimonio personal, de las donaciones y de las cuatro tiendas solidarias que tienen. El problema es que durante el estado de alarma han tenido que cerrarlas y los voluntarios, muchos de ellos extranjeros de avanzada edad, no han podido acudir a las instalaciones. «Los ingresos en esos meses han sido cero, pero los policías han seguido llamando para que nos trajéramos más caballos», señala Jean, francesa afincada en Elche. «Menos mal que el herrador y el veterinario nos aceptan pagarles a plazos».

«Estamos dando un servicio de utilidad pública, pero sin recibir dinero de las administraciones», lamenta Jean, quien expone un problema añadido que es la imposibilidad de que puedan dar en adopción a los animales que rescatan «ya que el refugio no es el dueño de ellos, solo tenemos su custodia». Únicamente piden la ayuda de unas administraciones que se aprovechan de su buena voluntad para ahorrarse un servicio que deben ofrecer. Aseguran que seguirán encantados de seguir dando una nueva vida a esos equinos que ya han sufrido demasiado.

Sin licencia de apertura ni código de núcleo zoológico

Sin licencia de apertura ni código de núcleo zoológicoEl refugio equino Easy Horse Care de Rojales no tiene licencia de apertura ni código de núcleo zoológico, por lo que se mantiene en un limbo legal. Las autoridades lo saben, pero nadie actúa ya que el servicio que realizan de mantenimiento de grandes animales no hay otro que lo haga. La finca está situada en zona inundable por el Patricova, por lo que ni se puede construir ni ejercer actividad. Los propietarios llevan tiempo tratando de buscar otras instalaciones. Una edil de Rojales ha propuesto ceder unos terrenos cerca de la Laguna de La Mata, pero no cuenta con el respaldo del resto de la corporación, según explica el asesor legal del centro.

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