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Torrevieja plantea franjas horarias en las playas por el aumento de la espera en colas para acceder

Los aforos se completan aunque solo a a mediodía en Los Locos, las piscinas naturales, tramos de La Mata y, sobre todo, la playa del Cura. El Ayuntamiento es reacio a limitar la estancia por franjas horarias porque exige una movilización importante de policías, de los que carece, para desalojar las playas

Colas diarias en el acceso a la playa de Cura, sobre todo desde las doce del mediodía. D.PAMIES

El Ayuntamiento de Torrevieja Torrevieja se está planteando la posibilidad de fijar franjas horarias para el uso de la playa del Cura después de que este fin de semana se hayan producido largas colas en los dos únicos accesos de entrada a este popular tramo urbano del litoral torrevejense. Posibilidad que ya se apuntó a principios de la temporada, en junio, pero que ahora parece casi inminente, aunque de momento solo en esta playa, la más concurrida, céntrica y pequeña - no llega a los cuatrocientos metros- del litoral local. La de adoptar franjas horarias es una medida que no es sencilla de llevar a cabo, según explica el concejal de Playas, Antonio Vida (PP), porque necesita de un despliegue muy importante de policía de la que el municipio carece para desalojar la playa al final de cada franja -la experiencia en Benidorm no ha sido buena y además no ha eliminado las colas-.

El Ayuntamiento apuesta por reforzar el actual sistema que mantiene la afluencia durante la mayor parte del día y solo provoca colas entre las once y media y las doce y media de la mañana.

En Torrevieja los controladores contratados por la Generalitat -una treintena- trabajan en coordinación con los desplegados por el Ayuntamiento, 152. Los primeros están ubicados en los accesos de entrada y salida de las playas. Los dependientes del Ayuntamiento se distribuyen en la arena. Cuando el aforo está completo los controladores sobre la arena van alertando a través del sistema de comunicación de las parcelas que quedan libres para permitir el acceso a las que se encuentran esperando en el paseo marítimo. Además, otro equipo municipal se encarga de la desinfección de los lavapiés.

En Torrevieja todas las playas están parceladas con un sistema de cuerdas que se instala y desinstala a diario y que reserva una superficie de cuatro metros cuadraros para un máximo de cuatro personas. El sistema ha funcionado eficazmente hasta que la afluencia a las playas ha aumentado en la última semana -sigue siendo menor que otros años, al retraerse el fiel turista nacional jubilado y ser la presencia del visitante extranjero mucho más discreta-. Para cumplir con las medidas de distanciamiento y seguridad poscovid se ha fijado un aforo -en realidad a diario se está rebasando ese límite-. La información sobre el aforo total en cada una de las playas de Torrevieja no aparece en los numerosos y amplios carteles que difunden las medidas que deben adoptar los usuarios para utilizarlas.

También se está produciendo un desplazamiento de bañistas a zonas que antes no eran apreciadas por el turista nacional, como las pequeñas calas situadas entre Los Locos y Cabo Cervera. En esas zonas rocosas, algún tramo muy pequeño con arena no hay socorrismo. Ahora están muy poblabas.

Picaresca y quejas

El viernes, el sábado y ayer domingo colgaron el cartel de «completo» durante buena parte de la mañana las playas de Cura, todas las zonas de baño de las piscinas naturales del Paseo de Juan Aparicio, la playa Los Locos y el tramo sur de la playa de La Mata. Algo que todavía no ha ocurrido en Los Náufragos -aunque hubo algunos momentos de aforo completo sin colas este domingo-, mientras que no se ofrece información sobre El Acequión, que cuenta con controladores municipales, pero no está parcelada y sigue en el limbo normativo al no ser considerada playa al ubicarse dentro de la bahía gestionada por la Generalitat, pero con los mismos servicios que el resto de playas, como lavapiés y limpieza diaria, a excepción de socorrismo.

Las colas en El Cura se están produciendo en las horas centrales y no resultan fáciles de gestionar. La situación excepcional de gestión de superficie disponible en las playas para dar cabida a la demanda de usuarios cumpliendo las normas sanitarias no ha librado a socorristas y personal responsable del control de las quejas de siempre y la picaresca de toda la vida. Con la playa con aforo completo muchos optan por eludir los accesos habilitados y saltar directamente de los paseos a la arena. Los controladores permiten un acceso más o menos sin restricciones a quienes «declaran» que solo van a bañarse y no necesitan un espacio en la arena, pero esta permisividad termina provocando la ocupación de espacios no delimitados. También hay confusión sobre el uso de la mascarilla porque no es obligatorio pero algunos la exigen a otros, sobre todo porque la sensación de aglomeración es palpable, en especial en las orillas de tramos de la playa de La Mata, Los Locos y El Cura.

Los sombrilleros siguen copando a primera hora las mejores parcelas junto a la orilla y para todo el día, pese a los esfuerzos por evitarlo de la Policía Local.

Bañistas que esperan a la cola aseguran que tienen derecho a un lugar en la playa porque pagan impuestos en la ciudad desde hace décadas. Afortunadamente este verano las movilizaciones por la presencia de algas en la orilla o rocas en lecho de las zonas de baño, propias del medio ambiente en unas playas sanas, han pasado a segundo plano -otros veranos han provocado movilizaciones-.

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