El lío en Vox coge carrerilla. Y va para serpiente del verano. La portavoz Carolina Vigara ha reclamado por escrito al alcalde que se cambie la cerradura de acceso al despacho municipal en el Ayuntamiento. Además, la única edil de la formación ultra en Torrevieja ha reclamado contar con las claves de acceso a la aplicación de la sede electrónica y el correo electrónico de la que ha sido retirada. Una eliminación que no está nada claro quién ha autorizado en los servicios técnicos municipales.

Vigara ha tramitado esta solicitud solo horas después de que reclamara al alcalde el cese de su personal asesor, por pérdida de confianza, Leticia Fernández, y que ejerce como secretaria de grupo. Vigara y Fernández tienen como principal espacio de trabajo diario ese despacho. El cese de Fernández no ha hecho efectivo porque la secretaria de grupo solicitó la baja laboral y la obtuvo el mismo día en el que Eduardo Dolón recibió la solicitud de cese.

Las peticiones de Vigara tienen su origen en su renuncia al acta de concejal a principios de este mes. La concejal dio marcha atrás a su decisión para pedir su continuidad y ha actuado contra Fernández que era la militante de Vox que iba a asumir su acta de edil. Las causas por las que Vigara renunció sin dar más explicaciones y ahora se ha arrepentido no están nada claras. La edil dijo que renunciaba por motivos de salud y que ahora se encuentra mejor después de días de descanso y reflexión.

Sin embargo, fuentes de Vox indicaron que la renuncia era la salida menos mala para Vigara una vez que se dieran a conocer a nivel interno de la formación de ultraderecha supuestas irregularidades contables de las que sería responsable Vigara. Dejar el cargo era una fórmula para que el asunto no trascendiera públicamente y tampoco tuviera consecuencias legales. La portavocía con dos mil euros mensuales brutos en el Ayuntamiento de Torrevieja este mandato.